MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los problemas de coagulación pueden ser la causa de los abortos de repetición, uno de los factores más desesperanzadores y generadores de ansiedad cuando se desea la maternidad, según advierten expertos del Hospital La Salud de Valencia.
En el pasado, no se hacían estudios de las causas de los abortos de repetición hasta que no se habían sufrido al menos tres. Hoy en día, se realizan en muchos casos después de la primera pérdida ya que el incremento de la edad de las madres no permite esperar demasiado tiempo para intentarlo de nuevo. En este contexto, con un mayor incremento de estudios, los expertos han empezado a relacionar la trombofilia con la imposibilidad de llevar a cabo un embarazo viable sobre todo entre mujeres de más de 35 años.
"El incremento en la edad de la maternidad y el aumento de personas que acuden a sistemas de reproducción asistida para conseguir un embarazo están provocando un aumento de consultas en Hematología. Hace 8 años el número de casos que veíamos era anecdótico pero actualmente, representan ya el 25 por ciento de la actividad de la consulta privada", explica el Hematólogo del Hospital La Salud José Joaquín García Ezquerro.
Lo más habitual cuando esto sucede es descartar problemas uterinos, de ovarios o en el varón. Una vez descartados, hay que realizar un estudio de coagulación porque, tras estos factores, es la causa más frecuente del fracaso del embarazo. La trombofilia provoca que se creen pequeños coágulos dentro de las arterias y las venas de la placenta que impiden la correcta implantación de embrión.
García Ezquerro detallaa que "hay que tener en cuenta que el propio embarazo altera de por sí la coagulación de la sangre". "En caso de que sea un embarazo conseguido a través de un tratamiento de fertilidad, además, esta alteración se multiplica, ya que los tratamientos hormonales que se pautan también influyen en los cambios de la coagulación. Y si a esto le sumamos que la paciente puede padecer un problema previo sin ella saberlo, las posibilidades de un aborto o problema trombótico se incrementan todavía más", añade al respecto.
La trombofila, como se llama a los problemas de coagulación, puede ser autoinmune y adquirida, y provocar el llamado "síndrome antifosfopípido" que en la mayoría de los casos se manifiesta con fenómenos trombóticos recurrentes, incluidos los abortos; o genética y hereditaria, en cuyo caso puede no dar ningún síntoma hasta que se produce la pérdida fetal.
La solución es sencilla y muy eficaz. Basta con un tratamiento anticoagulante con heparina y, en la mayoría de los casos de síndrome antifosfopípido, también con 'Aspirina'. Una vez se ha dado a luz, el tratamiento debe continuar durante aproximadamente un mes y medio ya que el riesgo de padecer una trombosis después del parto es elevado. Más o menos pasada la cuarentena se puede retirar y mantener revisiones periódicas.
No hay estudios que avalen que los bebés nacidos de madres con problemas de coagulación tengan más posibilidad de sufrir Trombofilia. "Sin embargo, sí que es recomendable, sobre todo en las chicas, que cuando lleguen a la adolescencia o cuando vayan a tomar anticonceptivos hormonales, se hagan un estudio para descartar que sufran la enfermedad y evitar de esta manera posibles complicaciones", concluye el doctor.