MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El geriatra del Hospital La Salud, Botella Trelis, ha destacado la importancia de identificar precozmente la fragilidad de los ancianos, ya que puede ser "prevenible" si se actúa con precocidad en su detección y se adoptan medidas para evitarla.
Con frecuencia, la fragilidad se asocia a la presencia de varias enfermedades previas, como hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades cardiacas o respiratorias. Los mayores con fragilidad tienen mayor riesgo de caídas y fracturas, un empeoramiento de su calidad de vida, más ingresos hospitalarios y, por lo tanto, más necesidades sanitarias y sociales, y una mortalidad más precoz. De hecho, se han estudiado varios modos de prevenirla y la mayoría se basan en el ejercicio físico y cambios en la alimentación
En este sentido, el doctor ha señalado que la actividad física moderada frecuente puede retrasar el declive funcional y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Además, prosigue, mejora la calidad del sueño, la masa muscular y el apetito, reduce los síntomas de depresión y el uso de medicamentos. En concreto, se recomiendan tres tipos de ejercicio físico: el ejercicio aeróbico, los ejercicios de fortalecimiento, y los de equilibrio y flexibilidad.
"El ejercicio físico aeróbico demuestra su efectividad aumentando la fuerza y resistencia muscular, la coordinación, el equilibrio, la velocidad de la marcha y de la movilidad", ha detallado el experto, para recalcar que estos programas de ejercicio tratan de evitar que aparezca uno de los principales inductores de la fragilidad: la sarcopenia, que supone una disminución y cambios en las características del músculo de los mayores y que con frecuencia está asociada con la malnutrición.
Por ello, prosigue Botellas, intentar aumentar la actividad física, promoviendo ejercicio de modo individual o con programas en grupos es un importante mecanismo de prevención de la fragilidad, de la sarcopenia, de la dependencia y de la discapacidad.
Respecto a la alimentación, el doctor ha comentado que hay varios aspectos a tener en cuenta, informando de que las proteínas son fundamentales para prevenir la sarcopenia, y se encuentran en la carne, el pescado, el huevo y, en menor cantidad, en las legumbres.
"Sus dos principales problemas suelen ser el precio y la dificultad en algunos casos de masticación (carnes) o las espinas (pescado). En este sentido, debe jugar un rol importante el huevo, solo o suplementando otros alimentos como caldos o purés", ha avisado. Dicho esto, ha aconsejado en los mayores que haya una ingesta proteica en tres de las comidas del día.
De cara a la alimentación de las personas mayores, hay que tener en cuenta que, con el envejecimiento, cambian los gustos y también la percepción de olores y sabores. El consumo de fármacos, problemas bucales por malas dentaduras, acúmulo de saburra o infecciones por hongos pueden provocarles, además, dificultades para mantener unos buenos hábitos alimentarios.
Tampoco se debe olvidar, según ha aseverado el geriatra de La Salud, que las personas mayores suelen saciarse antes de lo que lo hacían y es recomendable que realicen más comidas diarias, pero en pequeñas cantidades. Y es que, son frecuentes las largas horas de ayuno nocturno debidas a escasas cenas y a hora temprana y a los desayunos tardíos que suponen más de 12 horas de ayuno y pueden inducir hipoglucemias.
"Es aconsejable introducir algún pequeño resopón antes de acostarse. Especial interés tienen los líquidos. Son varias las causas que hacen que tiendan a beber menos y es fundamental que beban al menos un litro y medio al día", ha apostillado.