MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El ronquido a menudo se considera un problema inofensivo en los niños, pero puede ser un signo de una obstrucción más grave de la vía aérea superior, como el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), una afección que implica períodos repetidos de obstrucción de las vías respiratorias superiores mientras se duerme, según alerta el ortodoncista Juan Carlos Pérez.
Además, el SAOS puede causar, más allá de un sueño inquieto, problemas de conducta como agresividad, hiperactividad y un déficit de atención en la escuela como consecuencia de la falta de un descanso reparador, así como retraso en el crecimiento y dificultad respiratoria en casos extremos.
Según el odontólogo, las principales características que presentan los niños con síndrome de obstrucción de las vías aéreas son la hipertrofia adenoidea y amigdalar, la respiración bucal, la mordida abierta, el arco maxilar estrecho, la altura facial anterior excesiva, la incompetencia labial, la exposición excesiva de incisivos maxilares y una mayor prevalencia de mordida cruzada.
En concreto, durante la etapa de crecimiento, este trastorno es causado por una obstrucción naso y/u orofaríngea debido a adenoides y amígdalas hipertróficas, que son más prominentes durante la infancia, cuando el tamaño del espacio faríngeo aún no está completamente desarrollado.
Así, este problema relativo a las agmídalas y adenoides puede desaparecer por sí solo con la edad, pero, en casos de infecciones recurrentes, se recomienda la adenotonsilectomía (una intervención que consiste en la ablación de las amígdalas y de las vegetaciones adenoides).
Normalmente, tal y como informa Pérez, el SAOS en niños se trata con cirugía adenoamigdalar, lo que logra la normalización de los síntomas respiratorios nocturnos y diurnos. Lo óptimo, según el especialista, es realizar un tratamiento de ortopedia complementario a la cirugía, ya que, en muchos casos, pese a la eliminación del obstáculo mecánico, esto es, las amígdalas y/o adenoides, estos niños no llegan a alcanzar los valores de niños sanos.
Es por ello que un enfoque multidisciplinar "es mejor para el paciente", según Pérez. En estos casos, según detalla, el ortodoncista realiza una disyunción maxilar para ensanchar el paladar y que la lengua pueda recolocarse en su posición adecuada para continuar con un desarrollo normal.
Después de la adenoidectomía y / o la amigdalectomía, y la facilitación de la respiración nasal, suele haber una aceleración del crecimiento mandibular y el cierre del ángulo del plano mandibular. Sin embargo, la respuesta no es la misma en todos los pacientes. Los cambios, por regla general, se han explicado por la alteración de la posición de la lengua y la autorrotación de la mandíbula.