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26 ene. 2021 11:50H
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MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

El jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz de Madrid, Francisco Villarejo, ha alertado de que las caídas a causa del hielo y la nieve pueden causar traumatismos craneoencefálicos, como así se ha visto durante la nevada que ha caído en Madrid, donde se atendieron en un día más de 2.000 consultas de este tipo.

"Hay traumatismos craneoencefálicos cerrados, donde no hay heridas en el cuero cabelludo y abiertas, donde hay heridas en la piel del cráneo y fracturas de algún hueso craneal. También podemos distinguir las que presentan pérdida de conciencia y las que no. Pero lo más importante es que ocurre en el cerebro", ha explicado el doctor.

La mayoría de fracturas de cráneo van acompañadas de una lesión en el cerebro que puede ser grave o no, si bien las fracturas de cráneo no requieren escayolas, ni férulas, ni inmovilización, pues cicatrizan solas en menos de 6 meses.

El problema es que ocurre en el cerebro. Al principio puede haber un hematoma agudo intracraneal que requiere tratamiento quirúrgico para evacuarlo, o puede existir un edema cerebral (hinchazón del cerebro) que requiere una descompresión quirúrgica.

"Pero puede ocurrir que el paciente se recupere de un traumatismo por la nieve o por un accidente de tráfico y al cabo de uno o dos meses desarrolle un hematoma subdural (entre la meninge y el cerebro), y que llamamos hematoma subdural crónico. He tenido la ocasión de operar dos de estos hematomas producidos por golpes esquiando y que desarrollaron este tipo de hematomas, uno era un piloto de aviación de Iberia y el otro un alto ejecutivo. Los dos están muy bien actualmente", ha apostillado Villarejo.

Se ha descrito recientemente que algunos traumatismos craneoencefálicos de la edad media han desarrollado a los 10-12 años posteriormente la enfermedad de Alzheimer y se confirmó en un estudio publicado en la revista inglesa 'Neurology' que realizando resonancias cerebrales en un grupo de personas de la misma edad que no habían tenido traumatismos craneales no tenían placas de beta-amilasa (depósitos de proteínas) en el cerebro, signo clásico de la enfermedad de Alzheimer (degeneración progresiva de las neuronas).

"Ahora bien, un grupo de pacientes con traumatismos craneoencefálicos tenían placas de beta-amilasa años después, aunque menos que los pacientes que habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer", ha zanjado el doctor Villarejo.

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