MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El trasplante de microbiota fecal (FMT, por sus siglase en inglés), también conocido como transferencia de heces de un donante sano a un paciente, es altamente eficaz para revertir las infecciones diarreicas severas por 'Clostridiodes difficile' en adultos. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista 'Clinical Gastroenterology and Hepatology' ha demostrado que también es un seguro y efectivo en niños.
La enfermedad diarreica por 'C. difficile' está en aumento entre los niños. De hecho, un estudio estadounidense encontró que su incidencia se multiplicó por 12,5 entre 1991 y 2009. Por razones que no están claras, la bacteria ataca con mayor frecuencia a los niños sin factores de riesgo como la hospitalización o la exposición a antibióticos.
El equipo estudió retrospectivamente a 372 pacientes con 'C. difficile', de 11 meses a 23 años de edad, que se sometieron a trasplante de heces en uno de 18 centros pediátricos de Estados Unidos. El FMT fue administrado de varias maneras, incluyendo colonoscopia, sonda nasogástrica, cápsulas congeladas o enemas.
De 335 pacientes. el 81 por ciento no tuvo recurrencia de la infección después de un solo tratamiento. Algunos de los pacientes restantes tuvieron una segunda ronda de FMT; cerca de la mitad no vieron recurrencia de 'C. difficile', lo que aumentó la tasa general de éxito al 87 por ciento.
El éxito fue 2,7 veces más probable cuando el FMT se presentó en forma de heces frescas frente a heces previamente congeladas, y 2,4 veces más probable cuando los pacientes recibieron las heces por colonoscopia en comparación otros métodos. Los pacientes que no tenían una sonda de alimentación (que se consideraba un factor de riesgo para 'C. difficile') tenían el doble de probabilidades de responder, y los que tenían una infección previa tenían veinte por ciento más probabilidades de éxito. La edad no parecía ser un factor.
En cuanto a la seguridad, solo el seis por ciento de los pacientes sufrieron eventos adversos relacionados con el FMT: la mayoría eran leves e incluían diarrea, vómitos y distensión. De los aproximadamente un tercio de los pacientes que también tenían enfermedad intestinal inflamatoria, el 2,5 por ciento tenía un brote grave de su enfermedad que requería que fueran hospitalizados. Pero no estaba claro que eso tuviera algo que ver con el FMT.