MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Mujer de 43 años, sin patologías previas, que lleva más de 185 días con síntomas persistentes de Covid-19 tras haber sido contagiada de la enfermedad en la primera ola de la pandemia, es el perfil más frecuente de los enfermos de Covid Persistente, según la Encuesta lanzada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados Long Covid Acts entre el 13 de julio y el 14 de octubre de este año.
Durante esos tres meses, el sondeo fue contestado por un total de 2.120 personas, de las cuales, 1.834 son enfermos que presentan síntomas compatibles de Covid-19 persistente o de larga duración (de los que el 79% eran mujeres). La mitad de los enfermos tenían edades comprendidas entre los 36 y los 50 años de edad y procedían de las comunidades de Madrid (35%) y Cataluña (30%).
Al 78 por ciento de los encuestados se les hizo prueba diagnóstica, siendo las más frecuentes la PCR, que constató en un 73 por ciento resultado positivo. Del mismo modo, de la encuesta se desprende que al 59 por ciento del total se le hizo prueba de seguimiento. A pesar de que al inicio de la pandemia existía una evidente problemática a la hora de acceder a las pruebas, la persistencia de síntomas en esta encuesta no ha presentado diferencias estadísticamente significativas entre aquellos que tuvieron acceso a las pruebas diagnósticas y no, ni tampoco entre los que los resultados fueron positivos o ya no lo fueron, probablemente porque se hicieron tarde.
Asimismo, en la encuesta se han registrado hasta un total de 200 síntomas persistentes que fluctúan en el tiempo, con una media de 36 síntomas por persona que, a su vez, son los más incapacitantes en el desempeño de las labores diarias. De esta forma, los síntomas más frecuentes, según el porcentaje, son cansancio/astenia (95,91%); malestar general (95,47%); dolores de cabeza (86,53%); bajo estado de ánimo (86,21%); dolores musculares o mialgias (82,77%); falta de aire o disnea (79,28%).
Otros síntomas también muy frecuentes que presentan los pacientes son dolores articulares, falta de concentración/déficit atención, dolor de espalda, presión en el pecho, ansiedad, febrícula, tos, fallos de memoria, dolor en el cuello/en las cervicales, diarrea, dolor torácico palpitaciones, mareos y hormigueos en las extremidades o parestesias.
En cuanto a la afectación de los órganos, el 50 por ciento de los encuestados tiene 7 áreas afectadas, siendo las más frecuentes los síntomas generales (95%), las alteraciones neurológicas (86%), los problemas psicológicos/emocionales (86%), los problemas del aparato locomotor (82%), los problemas respiratorios (79%), las alteraciones digestivas (70%), las alteraciones cardiovasculares (69%), las alteraciones otorrinolaringológicas (65%), las alteraciones oftalmológicas (56%), alteraciones dermatológicas (56%), alteraciones de la coagulación (38%) y las alteraciones nefrourológicas (25%).
EXPERIENCIA DEL PACIENTE
Las preguntas de la Encuesta que hacían referencia a la experiencia del paciente sobre su estado de salud, el 50 por ciento lo puntuaba entre 0-5 sobre una puntuación de 0 a 10 (10 máximo nivel de salud). En cuanto al empeoramiento de su estado de salud, el 50 por ciento lo calificaba entre 7-10 sobre 10 (10 máximo empeoramiento), y su incapacidad actual la sitúan la mitad de los encuestados entre el 5-10 sobre 10, siendo el 10 la máxima incapacidad.
Esto se traduce en una incapacidad notable a la hora de realizar actividades de la vida diaria por parte de los afectados de Covid Persistente. Por ejemplo, al 30,43 por ciento de los encuestados le supone un esfuerzo o les resulta imposible el aseo personal; al 67,99 por ciento la realización de las actividades de casa; al 72,52 por ciento trabajar fuera de casa; el 70,12 por ciento tienen dificultades para atender a las obligaciones familiares diarias y al 74,65 por ciento le supone un esfuerzo o imposible el ocio con los amigos y otras personas.
Así, según ha expresado la vicepresidenta de la SEMG, Pilar Rodríguez Ledo, es "esencial" la investigación de la enfermedad y la profundización en sus causas para poder actuar sobre la misma y no solamente sobre los síntomas. En este sentido, ha destacado que se barajan dos hipótesis posibles para explicar el Covid Resistente: por un lado, que el virus pueda persistir fuera de los lugares donde habitualmente se busca, ya que la PCR solo examina la zona orofaríngea; y la otra línea es que el virus haya producido una cascada inflamatoria crónica, creando una afectación inmunológica.
Por su parte, la paciente afectada de Covid Persistente, Anna Kemp, ha lamentado el "abandono institucional" y aboga por un registro de los afectados. "Nos sentimos olvidados, invisibles, las instituciones están desaparecidas; no sumamos en las estadísticas porque no somos ni recuperados ni muertos, pero necesitamos figurar en ellas y que se involucren las instituciones, porque va a convertirse en un problema estatal", ha expresado. "Nos enfrentamos a una enfermedad desconocida, no reconocida y muy incapacitante que afecta a jóvenes sin patologías previas en el pico de su actividad laboral", ha advertido.