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26 ene. 2024 13:51H
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MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

Profesionales de las unidades de Hipertensión y Cardiología Intervencionista del Hospital Clínico San Carlos han llevado a cabo basado en ultrasonidos para el tratamiento de la hipertensión refractaria o mal controlada en dos pacientes que fueron dados de alta a las 24 horas de la intervención sin complicaciones.

A estos pacientes, que sufren hipertensión resistente, se les propuso la posibilidad de llevar a cabo una denervación renal para el control de su tensión arterial, que consiste en "la aplicación local de ultrasonidos a través de un catéter que se introduce por la ingle hasta la arteria renal, lo que permite aplicar energía de forma muy localizada por donde transitan los nervios simpáticos, que provocan el desarrollo de la hipertensión, para anularlos sin lesionar el vaso sanguíneo por donde se introduce el catéter", explica el cardiólogo intervencionista del Hospital Clínico San Carlos, Iván Núñez.

Se trata de un dispositivo con una técnica mínimamente invasiva, segura y eficaz, "ya que en los pacientes intervenidos se ha constatado una disminución sustancial de sus niveles de tensión arterial a los tres meses de la intervención, controlando satisfactoriamente sus niveles de presión arterial, sin ningún tipo de complicación". "Dado que el dispositivo es novedoso, existe poca experiencia al respecto, aunque conocemos datos que confirman esa evolución positiva a los 36 meses de seguimiento", añade Núñez.

Este dispositivo, que utiliza una tecnología radicalmente diferente a la empleada hasta entonces -que se basaba en la aplicación de radiofrecuencia-, ha sido incluido en las nuevas guías clínicas para el tratamiento de la hipertensión por la Sociedad Europea de Hipertensión. Si bien se conoce desde hace años, la técnica ha experimentado una evolución hacia técnicas mínimamente invasivas, como la empleada en el Hospital Clínico San Carlos.

La hipertensión arterial es una enfermedad infradiagnosticada. Aún hay muchas personas que no saben que tienen una presión elevada en sus arterias porque "no duele ni se siente" y, sin embargo, constituye el factor de riesgo cardiovascular más prevalente, asociándose a factores de riesgo como una ingesta elevada de sodio o baja de potasio, sedentarismo, consumo de alcohol, obesidad y dieta poco saludable.

A pesar del uso generalizado de medicamentos, una parte de la población no consigue mantener un control adecuado de su presión arterial, a la que se añade que en torno al 46 por ciento de los adultos hipertensos desconoce que padece esta afección, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

En la unidad de Hipertensión del Hospital Clínico San Carlos se realiza un estudio multidisciplinar y pormenorizado de aquellos pacientes que no consiguen una correcta adherencia al tratamiento, ya sea por alergia, intolerancia o interacciones con otros tratamientos o porque no logran un adecuado control de sus niveles tensionales a pesar de recibir un tratamiento farmacológico, lo que implica un riesgo para su salud.

"Esta nueva técnica puede resultar beneficiosa para pacientes con hipertensión refractaria o multirresistente, o que no responde a tratamientos farmacológicos, cuando se siguen los consejos para llevar una vida saludable y se toman, al menos, tres fármacos diferentes para controlar la presión sanguínea sin alcanzar los objetivos deseados de control", señala el nefrólogo y miembro de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico San Carlos, José Antonio García Donaire.

LA UNIDAD DE RIESGO VASCULAR DEL CLÍNICO SAN CARLOS

La unidad avanzada de riesgo vascular del Hospital Clínico San Carlos está acreditada como excelente por la Sociedad Española de Medicina Interna, siendo la primera unidad de estas características de la Comunidad de Madrid en obtener esta distinción, al cumplir los estándares de calidad establecidos por la citada sociedad científica.

Los profesionales que forman parte de esta unidad son especialistas en la atención a pacientes complejos, es decir, aquellos que sufren de hipertensión tras una enfermedad coronaria o cerebrovascular y a pacientes oncológicos con quimioterapia, que eleva la presión arterial.

También son expertos en el tratamiento de pacientes multi-intolerantes a fármacos antihipertensivos, pacientes con comorbilidades como artritis reumatoide o esclerosis múltiple; síndrome metabólico u obesidad-diabetes mellitus y hacen diagnóstico diferencial de pseudohipertensión en pacientes ancianos.

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