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6 mar. 2019 14:25H
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MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

Un estudio del Instituto de Investigación Clínica de Montreal y de la Universidad de Montreal (Canadá) ha desentrado un mecanismo de adaptación involucrado en el control de la insulina, demostrando que el glucagón desempeña un papel crucial y, por lo tanto, puede ser un agente protector contra la diabetes.

La diabetes se produce cuando el cuerpo ya no puede almacenar la glucosa, lo que puede hacer que los niveles de azúcar en la sangre se vuelvan demasiado altos. Con el tiempo, puede dar lugar a complicaciones graves. La diabetes se consideró una enfermedad mortal hasta 1922, cuando los investigadores canadienses identificaron la insulina y comenzaron a usarla como tratamiento.

"Cuando nuestros niveles de azúcar en la sangre se vuelven demasiado altos, la insulina envía una señal al cuerpo para almacenar el exceso en nuestros tejidos como suministro de energía, y le dice al hígado que deje de producir azúcar. El glucagón, por otro lado, ordena al hígado que utilice estas reservas cuando sea necesario y que produzca más azúcar. Puede actuar, por ejemplo, durante un período de ayuno o cuando el cuerpo gasta más energía de lo habitual, como cuando hacemos ejercicio", explica Jennifer Estall, investigadora principal de este estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Debido a sus efectos opuestos, la insulina y el glucagón han sido vistos durante mucho tiempo como hormonas que luchan entre sí para enviar su señal al hígado. De hecho, muchos científicos han sospechado que el glucagón, cuando está demasiado activo o se secreta en cantidades demasiado grandes, era un factor de riesgo para la diabetes.

EL EFECTO DEL GLUCAGÓN

En estudios anteriores, otros investigadores intentaron desarrollar tratamientos para inhibir el efecto del glucagón, pero su efectividad ha sido impredecible. La doctora Estall ahora puede explicar por qué este enfoque no ha sido concluyente: su equipo demostró cómo, al contrario de lo que se pensaba, el glucagón puede ser un activo protector contra la diabetes.

"Cuando ayunas durante un cierto período de tiempo, por ejemplo, cuando duermes por la noche, los niveles de glucagón son más altos. De esta manera, el cuerpo puede usar sus reservas de energía y evitar que el azúcar en la sangre baje demasiado y provoque hipoglucemia, que causa mareos, confusión y, en casos graves, coma. Descubrimos que el glucagón tiene una función adicional: prepara el hígado para que, al levantarse y tomar el desayuno, responda mejor a la señal de la insulina para dejar de producir su propio azúcar, ya que el cuerpo ya no lo necesitará", detalla la científica.

Sobre la base de sus observaciones en células hepáticas de ratón, los investigadores descubrieron que el glucagón necesita una proteína llamada PGC1A para controlar esta respuesta de la insulina. La activación de PGC1A no condujo a la hiperglucemia, como se pensaba anteriormente; en su lugar, los ratones tuvieron una mejor respuesta a la insulina.

"De hecho, tener altos niveles de glucagón y PGC1A podría ser beneficioso. Sin ellos, el hígado reacciona menos rápidamente a la insulina después de comer. Por lo tanto, tarda más tiempo antes de que los niveles de azúcar en la sangre vuelvan a la normalidad", concluye Estall.

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