MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Los ensayos en seres humanos y animales, las medidas de prevención y control de infecciones y la elaboración de estrategias de preparación y respuesta son piedras angulares de la respuesta a los recientes brotes en las granjas de visones de SARS-CoV-2, el virus que provoca COVID-19, según una evaluación rápida de riesgos publicada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
El 5 de noviembre, Dinamarca informó de 214 casos de COVID-19 infectados con variantes del virus del SARS-CoV-2 de visones infectados en varias granjas. Estas variantes también se han encontrado en personas que viven en las zonas afectadas. En concreto, se detectaron 12 casos humanos con cepas que mostraban cuatro cambios genéticos en la proteína S, tres sustituciones y una deleción. Los 12 casos en humanos fueron reportados en el norte de Jutlandia en agosto y septiembre, y no todos los casos tenían una relación directa con una granja de visones.
El ECDC explica que el SARS-CoV-2 puede propagarse de los humanos a los visones y viceversa. Cuando el virus se introduce en una granja de visones, puede propagarse rápidamente llevando a muchos casos entre estos animales. "Debido al gran número de infecciones y posiblemente debido a las diferencias biológicas entre los visones y los humanos, el virus puede acumular mutaciones más rápidamente en los visones y volver a propagarse en la población humana", detallan.
Si estas nuevas variantes del SARS-CoV-2, con menor susceptibilidad a los anticuerpos neutralizantes, se propagan ampliamente en la población, "podrían afectar al nivel de eficacia general de las vacunas en desarrollo, y el establecimiento de un reservorio de virus entre los visones podría dar lugar a variantes problemáticas del virus en el futuro", advierten los expertos europeos.
En la actualidad, el ECDC considera que existe una "gran incertidumbre" y es necesario seguir investigando la naturaleza de esas mutaciones y sus repercusiones en cuestiones como la eficacia de las vacunas, las reinfecciones y la propagación o la gravedad del virus. Por consiguiente, aseguran que "están siguiendo de cerca los acontecimientos en Dinamarca y trabajando en estrecha colaboración con las autoridades de salud pública danesas".
Como recomendaciones para reducir el riesgo que supone para la salud pública, el ECDC considera que las autoridades nacionales europeas deberían considerar la posibilidad de aplicar medidas dirigidas a las granjas de visones, sus trabajadores y las comunidades que están en contacto con las granjas de visones.
En primer lugar, instan a realizar pruebas, secuenciación y caracterización de las propiedades antigénicas y la infecciosidad del virus en los seres humanos. También llaman a adoptar medidas de prevención y control de la infección para los trabajadores de las granjas de visones y los visitantes, junto con la elaboración de estrategias de preparación y respuesta que tengan en cuenta tanto los aspectos humanos como los animales. Por último, optan por realizar pruebas con animales y prevención de la propagación de los animales a los humanos.