MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Incluso en adultos sin hipertensión, la presión arterial pueden aumentar de forma más pronunciada a lo largo de los años a medida que aumenta el número de bebidas alcohólicas diarias, según un análisis de siete estudios de investigación internacionales publicado en 'Hypertension', revista de la Asociación Americana del Corazón.
Así, este análisis confirma por primera vez que se produce un aumento continuo de las medidas de presión arterial tanto en participantes con un consumo bajo como alto de alcohol. Incluso los niveles bajos de consumo de alcohol se asociaron con aumentos detectables de los niveles de presión arterial que pueden conducir a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares.
"No encontramos efectos beneficiosos en los adultos que bebían un nivel bajo de alcohol en comparación con los que no bebían alcohol. Nos sorprendió un poco ver que el consumo de un nivel ya bajo de alcohol también estaba relacionado con cambios más altos de la presión arterial a lo largo del tiempo en comparación con el no consumo, aunque mucho menos que el aumento de la presión arterial observado en los bebedores empedernidos", ha explicado el autor principal del estudio, Marco Vinceti, profesor de Epidemiología y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Módena y Reggio Emilia (Italia) y profesor adjunto del departamento de epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston (Estados Unidos).
Los investigadores revisaron los datos sanitarios de todos los participantes en los siete estudios durante más de cinco años. Compararon a los adultos que bebían alcohol con regularidad con los que no lo hacían y hallaron lo siguiente
La presión arterial sistólica (número superior) aumentó 1,25 milímetros de mercurio (mm Hg) en las personas que consumían una media de 12 gramos de alcohol al día, aumentando a 4,9 mm Hg en las personas que consumían una media de 48 gramos de alcohol al día.
La presión arterial diastólica (cifra inferior) aumentó 1,14 mm Hg en las personas que consumían una media de 12 gramos de alcohol al día, elevándose a 3,1 mm Hg en las personas que consumían una media de 48 gramos de alcohol al día. Estas asociaciones se observaron en varones, pero no en mujeres.
La presión arterial diastólica mide la fuerza que se ejerce sobre las paredes arteriales entre latidos y latidos, y no es un indicador tan potente del riesgo de cardiopatía como la sistólica.
"No cabe duda de que el alcohol no es el único causante del aumento de la presión arterial; sin embargo, nuestros resultados confirman que contribuye de forma significativa. Se aconseja limitar el consumo de alcohol, y evitarlo es aún mejor", ha resaltado Vinceti.
Aunque ninguno de los participantes tenía hipertensión cuando se inscribió en los estudios, las mediciones de su presión arterial al principio sí influyeron en los resultados sobre el alcohol.
Los participantes con valores iniciales de presión arterial más elevados tenían una relación más estrecha entre el consumo de alcohol y los cambios de presión arterial a lo largo del tiempo. "Esto sugiere que las personas con una tendencia al aumento de la tensión arterial (aunque todavía no "alta") pueden ser las más beneficiadas de un consumo de alcohol bajo o nulo", afirma el coautor del estudio, Paul K. Whelton, presidente de la Liga Mundial contra la Hipertensión.