MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Finlandia Oriental, publicado en 'Nature Communications Biology', ha desvelado que puede ser posible restaurar el cáncer de próstata neuroendocrino resistente a los fármacos a un estado que responda al tratamiento mediante el agotamiento de una determinada proteína en las células cancerosas.
El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres y la segunda causa de muerte por cáncer en los países occidentales. El crecimiento del cáncer de próstata suele depender de los andrógenos, cuyo efecto se intenta reducir mediante terapia farmacológica, especialmente en el cáncer de próstata metastásico. Sin embargo, las células cancerosas pueden volverse resistentes a los fármacos, dando lugar a un cáncer de próstata resistente a la castración.
Los antiandrógenos de segunda generación, que son fármacos que inhiben la actividad del receptor androgénico, se han desarrollado como alternativa de tratamiento para el cáncer de próstata resistente a la castración. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que aproximadamente uno de cada cuatro cánceres de próstata resistentes a la castración se convierte en lo que se conoce como cáncer neuroendocrino inducido por el tratamiento, que es agresivo y suele provocar la muerte al año del diagnóstico. Las células del cáncer de próstata neuroendocrino no suelen tener receptores androgénicos, y actualmente no se dispone de tratamiento para este grupo de pacientes.
UNA PROTEÍNA QUE AFECTA A LA NEUROPLASTICIDAD FAVORECE EL DESARROLLO DEL CÁNCER DE PRÓSTATA NEUROENDOCRINO
En la Universidad de Finlandia Oriental, el laboratorio Ketola, dirigido por la investigadora de la academia Kirsi Ketola, explora la diferenciación, plasticidad y desarrollo de resistencia a fármacos en células cancerosas.
En el nuevo estudio, los investigadores del Laboratorio Ketola descubrieron una nueva diana potencial para el desarrollo de fármacos contra el cáncer neuroendocrino de próstata. La proteína DPYSL5 se expresa especialmente en este tipo de cáncer y, por tanto, podría ser una diana adecuada para el tratamiento farmacológico.
El laboratorio Ketola colaboró con la Universidad de Columbia Británica (Canadá) y utilizó su amplia colección de muestras tumorales de pacientes con cáncer de próstata neuroendocrino para verificar la expresión de la proteína DPYSL5 en dichas muestras.
Normalmente, la proteína DPYSL5 regula el desarrollo de las neuronas en el cerebro y no se expresa en otras partes del cuerpo. Sin embargo, los investigadores descubrieron ahora que el tratamiento con antiandrógenos hacía que la proteína DPYSL5 se expresara en las células del cáncer de próstata. Como resultado, estas células adquirieron propiedades similares a las de las células madre y las neuronas observadas en las células neuroendocrinas del cáncer de próstata.
DPYSL5 promovió la transformación celular activando el complejo PRC2, lo que hizo que las células cancerosas pasaran a un estado similar al de las células madre. DPYSL5 también hizo que las células cancerosas formaran extensiones similares a las que se encuentran en las neuronas, lo que les ayudó a invadir el tejido circundante. Sin embargo, la depleción de DPYSL5 inactivó el complejo PRC2, impidió la formación de prolongaciones similares a las de las neuronas y restauró las células a un estado en el que el tratamiento antiandrógeno volvía a ser eficaz para impedir la división celular.
Ahora, estos hallazgos pueden servir para desarrollar nuevos fármacos contra el cáncer. "A continuación, utilizaremos los novedosos métodos de imagen disponibles en nuestra Unidad de Imagen Celular y Tisular para cribar fármacos que inhiban la función de DPYSL5", afirma Ketola, investigador de la academia.