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31 ene. 2020 17:57H
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MADRID, 31 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) han demostrado, por primera vez, que las células del islote pancreático derivadas de donantes humanos diabéticos de tipo 2 tienen alteraciones en sus relojes circadianos. Además, utilizando una molécula moduladora de reloj llamada Nobiletin, extraída de la cáscara de limón, los investigadores lograron 'reparar' los relojes celulares alterados y restaurar parcialmente la función de las células en ratones.

El sistema de relojes circadianos permite anticiparse a los cambios periódicos del tiempo, y ajustarse a estos cambios. Casi todas las células del cuerpo comprenden relojes moleculares que regulan y sincronizan las funciones metabólicas a un ciclo de 24 horas de cambios día-noche. Cada vez hay más pruebas que demuestran que las alteraciones en los relojes internos derivadas de los frecuentes cambios de zona horaria, los horarios irregulares de trabajo o el envejecimiento, tienen un impacto significativo en el desarrollo de enfermedades metabólicas en los seres humanos, incluida la diabetes de tipo 2.

Los científicos compararon el comportamiento de la célula pancreática de los donantes de diabetes de tipo 2 con el de personas sanas a lo largo del día. "Los ritmos biológicos de las células islote en la diabetes de tipo 2 muestran tanto amplitudes reducidas de las oscilaciones circadianas como una pobre capacidad de sincronización. Como resultado, la secreción hormonal ya no está coordinada. Además, los defectos en la coordinación temporal de la secreción de insulina y glucagón observados en pacientes con diabetes de tipo 2 fueron comparables a los medidos en células islote sanas con reloj circadiano alterado artificialmente", detalla uno de los líderes del trabajo, Charna Dibner.

Los relojes circadianos representan los ciclos diarios que rigen las diversas funciones celulares. Hay varios niveles de sincronización entrelazados de estos relojes, el principal es la luz, que regula en particular el reloj central situado en el hipotálamo cerebral. Como un director de orquesta, regula los relojes periféricos presentes en los órganos y las células. Estas últimas están, pues, parcialmente reguladas de manera central, pero funcionan de manera diferente en cada órgano, e incluso en cada célula, según sus funciones.

"Las células pancreáticas también están sujetas al ritmo de ayuno y a la ingesta de alimentos, y a una estricta regulación hormonal. Por lo tanto, la coordinación de todos los niveles de regulación permite la optimización de las funciones metabólicas. La desregulación de los relojes en el islote pancreático lleva a una función comprometida: ya no se anticipan a las señales derivadas de la comida. En efecto, si se come el mismo alimento pero por la noche en lugar de durante el día, se puede ganar peso mucho más rápido, debido a una respuesta subóptima del metabolismo", argumenta Dibner.

Después, los científicos utilizaron la Nobiletina para resincronizar los relojes. "Actuando sobre uno de los componentes del núcleo del reloj, restablece eficazmente la amplitud de las oscilaciones en los islotes humanos. Y tan pronto como conseguimos sincronizar los relojes, también observamos una mejora en la secreción de insulina", asegura Volodymyr Petrenko.

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