MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Dejar pasar dos horas entre la última comida del día y acostarse no parece estar asociado con ninguna diferencia perceptible en los niveles de glucosa en la sangre en adultos sanos a largo plazo, según sugiere una investigación japonesa publicada en la revista 'British Medical Journal Nutrition, Prevention & Health'.
Se cree que evitar la comida o la merienda poco antes de ir a la cama es mejor para la salud a largo plazo. Pero, según sus hallazgos, los investigadores apuntan que para dormir mejor y mantener el peso, hay que acabar con prácticas como beber y fumar para evitar el riesgo de enfermedades relacionadas con el estilo de vida, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, asociadas con alto nivel de glucosa en sangre.
Pero no hay evidencia clara detrás de esta práctica. Así que decidieron evaluar su impacto potencial en los niveles de HbA1c, una medida del promedio de glucosa en sangre a largo plazo, y se consideran un indicador confiable de los riesgos futuros para la salud. Lo hicieron examinando los datos de los chequeos médicos de 1.573 adultos sanos de mediana edad y mayores sin afecciones subyacentes asociadas con la diabetes de una ciudad de de Okayama en los años 2012, 2013 y 2014. Dos tercios de la muestra eran mujeres, y otros dos tercios tenían más de 65 años y estaban jubilados.
Además de los hábitos alimenticios, los investigadores analizaron cuánta gente fumaba; sus niveles de actividad física; aumento de peso desde los 20 años; estilo de comer (rápido o lento); cuánto bebían todos los días; y si se saltaron el desayuno. En total, 83 (16%) de los hombres y 70 (7,5%) de las mujeres se quedaron dormidos dentro de las 2 horas de la cena.
Cuando los niveles de HbA1c fueron más altos, estos aumentaron con el tiempo, pero en general, esta subida fue gradual durante los tres años. El promedio de HbA1c no cambió significativamente entre 2012, cuando fue de 5,2 por ciento, y en 2013 y 2014, cuando fue de 5,58 por ciento, lo que está dentro del rango normal. Tampoco hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Los hallazgos mostraron que el peso (IMC), la presión arterial, las grasas en la sangre (triglicéridos), los niveles de actividad física, fumar y beber parecían estar más fuertemente asociados con los cambios en los niveles de HbA1c que con el intervalo entre comer y dormir.
"Contrariamente a la creencia general, asegurar un corto intervalo entre la última comida del día y la hora de acostarse no afectó significativamente los niveles de HbA1c. Se debe prestar más atención a las porciones saludables y los componentes de los alimentos, dormir lo suficiente y evitar fumar, el consumo de alcohol y el sobrepeso, ya que estas variables tienen una influencia más profunda en el proceso metabólico", concluyen los científicos.