MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Un grupo de expertos internacionales y pacientes, en el que han participado investigadoras del CIBERSAM, ha tratado de definir nuevos parámetros para el desarrollo de medicamentos destinados a tratar la salud mental a niños y jóvenes formulando una serie de recomendaciones sobre cómo mejorar los procesos.
El estudio, publicado recientemente en la revista 'The Lancet Psychiatry', ha sido liderado por un grupo de expertos de la Red de Niños y Adolescentes del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP), junto con representantes de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y familias de pacientes con experiencia vivencial en problemas mentales en niños y jóvenes.
"La investigación en este campo solo puede avanzar mediante esfuerzos conjuntos de médicos, investigadores, reguladores y personas con experiencia vivida", comenta el primer autor del estudio, Samuele Cortese, de la Universidad de Southampton.
Así, señala que se han identificado "nuevas formas de diseñar estudios" y que estas "deben formar parte de la investigación del tratamiento en psicofarmacología infantil y adolescente para producir tratamientos más efectivos y seguros". "Además, existen preocupaciones sobre los efectos a corto y largo plazo de los medicamentos. Necesitamos usar estos nuevos diseños de estudio también para comprender cuándo es mejor utilizar tratamientos no farmacológicos", añade.
Cortese explica que en el proyecto se encuestó a familias con niños afectados por problemas de salud mental y se encontró que "la mayoría de ellos quería que se diera prioridad a comunicar de manera más efectiva los riesgos y beneficios de los medicamentos". "Los pacientes deben participar de manera más consistente en la investigación de lo que lo hacen en la actualidad", asegura.
El grupo identificó una serie de problemas que deben abordarse, tales como: un mayor enfoque en trastornos para los cuales no hay intervenciones farmacológicas basadas en evidencia o bien estudiadas; tener una visión general de otros resultados importantes, no solo de los síntomas centrales probados en los ensayo; adaptar el proceso de aprobación para que los medicamentos efectivos para los niños puedan aprobarse de manera más eficiente. Y una mejor comprensión del efecto a largo plazo en el desarrollo del cerebro (tanto beneficioso como perjudicial).
Los autores del artículo sugieren que, en algunos casos, puede valer la pena volver a revisar medicamentos que fueron aprobados en condiciones menos rigurosas, y que esto puede tener que provenir de fondos públicos.
"En este trabajo, señalamos algunas áreas de incertidumbre, pero este no es un mensaje negativo. Ha habido mucho progreso en las últimas décadas. Simplemente necesitamos seguir adelante y abordar otros problemas que quedan, en particular, los efectos a largo plazo de los medicamentos, y también comprender cuándo los tratamientos no farmacológicos podrían ser más apropiados", asegura Cortese.
Por su parte, la investigadora del CIBERSAM, presidenta de la Red de Niños y Adolescentes de ECNP, Carmen Moreno, comenta que "el aumento en la demanda de atención de salud mental en niños y jóvenes, junto con la escasez de tratamientos específicos, destaca la necesidad de priorizar el estudio de tratamientos en esta población". "Necesitamos utilizar diseños de tratamiento novedosos y prestar especial atención a posibles efectos secundarios", añade.
"Este documento destaca la necesidad de estudios informados desde el punto de vista del desarrollo para mejorar el acceso a medicamentos eficientes y seguros para los jóvenes y ofrecer prácticas y pautas de prescripción adecuadas", añade Diane Purper-Ouakil, del Hospital Universitario de Montpellier (Francia).