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30 abr. 2024 11:23H
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MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

Un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), publicado en la revista 'Environmental Sciences Europe', confirma que integrar los factores de riesgo para la salud, como la relación entre temperatura y mortalidad, en la definición de ola de calor junto a los factores puramente meteorológicos, revela una evolución de las olas de calor en España más frecuente e intensa durante los próximos años.

La resultados, en base a la evolución de las olas de calor desde el punto de vista de la salud en España, estudiando su impacto en la mortalidad en el periodo entre los años 2009 y 2018, muestran que los días de ola de calor de media en España subirán a un ritmo de casi 4 días por década, y su intensidad anual a 9,5 grados por década.

No obstante, las estimaciones, tomando como referencia la definición de ola de calor meteorológica, ofrecen unas proyecciones algo más bajas: se estima que la media de días de ola de calor aumentarían a un ritmo de 3 días por década, y que su intensidad anual crecería a 6 grados por década.

Como resultado, el trabajo, coordinado desde la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, confirma la idoneidad de tomar como referencia los efectos sobre la salud al definir una ola de calor, estudiando no sólo los factores puramente meteorológicos y añadiendo factores como la estimación de mortalidad.

Los autores principales del estudio son Cristina Linares, Miguel Ángel Navas, José Antonio López Bueno y Julio Díaz. También participan investigadores del Hospital Severo Ochoa de Leganés, en Madrid; de la Universidad Rey Juan Carlos de Móstoles, también en Madrid, y de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

FACTORES MÁS ALLÁ DE LA TEMPERATURA MÁXIMA

En este sentido, desde el ISCIII subrayan que el impacto que las olas de calor tienen sobre la salud de la población viene determinado por numerosos factores que van más allá de los valores que alcance la temperatura máxima diaria, es decir, de la intensidad de la ola de calor.

Mientras la definición meteorológica de ola de calor se basa en series climatológicas definidas por percentiles de temperatura máxima, duración e intensidad, la definición en salud relacionada con la mortalidad asociada es más amplia.

Además de las temperaturas registradas y su intensidad, añade otros factores como las características demográficas de la población, el nivel de renta, los aspectos socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la calidad de la vivienda, las infraestructuras urbanas y la existencia o no de zonas verdes, entre otros.

ZONAS ISOCLIMÁTICAS

El estudio, en línea con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la implementación de planes de prevención de salud pública dirigidos a los impactos de las altas temperaturas, calculó una temperatura de definición de ola de calor (temperatura umbral o Umbral T) para 182 zonas isoclimáticas.

Así, los autores recuerdan la importancia de utilizar estas zonas isoclimáticas, que permiten analizar escalas inferiores a las provinciales en la valoración de la activación de planes de prevención por altas temperaturas, lo que podría ayudar a disminuir la mortalidad atribuible a las olas de calor y adecuar el número de alertas según la exposición real de la población.

Como variable dependiente para determinar este Umbral de temperatura, se analizaron los datos diarios de mortalidad por todas las causas para cada zona isoclimática a lo largo del periodo 2009-2018.

También se tuvo en cuenta el valor medio de la temperatura máxima diaria de los meses de verano registrada en los observatorios meteorológicos de las 182 zonas isoclimáticas, calculando cuántas olas de calor se habían producido en cada una de ellas, así como su intensidad, y analizando su tendencia temporal a lo largo de este periodo.

Más concretamente, los resultados muestran que en el 52,5 por ciento de las zonas isoclimáticas, el percentil de la serie de temperaturas máximas de los meses de verano al que correspondía el Umbral de temperatura estaba por debajo del percentil 95 de la definición meteorológica de ola de calor en España: de hecho, sólo coincidió en el 30,7 por ciento de los casos.

La distribución geográfica de estos percentiles, a su vez, mostró una gran heterogeneidad, como consecuencia de los factores locales que influyen en la relación temperatura-mortalidad.

También apuntan que estos resultados pueden facilitar la implementación de planes de calor más ajustados a las necesidades de la población en relación a los posibles riesgos para la salud de las temperaturas extremas.

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