4 oct. 2022 17:25H
SE LEE EN 3 minutos
Pacientes diagnosticados con enfermedades neurológicas como pueden ser esclerosis múltiple, pacientes con parálisis cerebral o aquellos que hayan sufrido un ictus o un traumatismo craneoencefálico tras un accidente de tráfico pueden presentar, con la evolución de la patología, un aumento del tono y rigidez de sus miembros. Por ejemplo, en las piernas, tobillos o brazos. Esta consecuencia es conocida como 'espasticidad', y presenta diferentes síntomas en función del perfil del paciente. Con el objetivo de reforzar la importancia y conocimientos en torno al abordaje multidisciplinar de los pacientes con espasticidad grave, el Hospital Universitario La Paz de Madrid, en colaboración con Medtronic, forma a profesionales sobre ello.
Concretamente, neurocirujanos, médicos rehabilitadores y anestesistas asistirán al 'Curso Internacional sobre el tratamiento de la espasticidad severa mediante la infusión intratecal de baclofeno'. Un encuentro que consta de tres jornadas y que convoca en el hospital a especialistas de España y Latinoamérica para adquirir nuevas herramientas a través de una formación teórica y práctica.
Mercedes Martínez, profesora del curso y jefa de sección del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario La Paz, recuerda que la espasticidad además de "grave" puede ser "discapacitante", ya que se manifiesta a través de rigidez en una o varias extremidades, acompañado, en ocasiones, de movimientos involuntarios y repetitivos que "pueden llegar a ser muy molestos para el paciente e interferir en actividades de la vida diaria como: el aseo, el vestido y las relaciones interpersonales. Incluso, ocasionar caídas o producir dolor".
Martínez puntualiza que existen diferentes patrones de presentación de la espasticidad asociado a las diferentes enfermedades. Y es aquí donde los equipos multidisciplinares – médicos rehabilitadores, neurólogos, neurocirujanos, cirujanos ortopédicos, anestesistas y terapeutas, entre otros- colaboran aportando sus conocimientos ante un "abordaje complejo" donde el paciente puede presentar desde la "pérdida de la calidad del sueño debido a los espasmos, a multitud de situaciones que pueden llevar a un deterioro de su calidad de vida y de las personas que le rodean".
La tecnología, a disposición del paciente
En este curso donde, además, se persigue "transferir los conocimientos acumulados de las experiencias de los asistentes" y "reforzar el engranaje del trabajo en equipo", los profesionales podrán presenciar cómo se lleva a la práctica una infusión intratecal de baclofeno utilizada en pacientes con espasticidad.
Esta técnica consiste en la colocación de un dispositivo a modo reservorio a nivel abdominal y un catéter, permitiendo actuar a la infusión directamente en el espacio intratecal. Y un sistema externo, señala Martínez, "permite que los clínicos introduzcan la programación necesaria del dispositivo para que la infusión se realice de una forma controlada indicando tanto dosis como forma de infusión".
Asimismo, Martínez hace hincapié en que su utilización colabora en la "disminución" de la espasticidad, así como en la "reducción del dolor relacionado". Por consecuencia, añade, "facilita que hagan por sus propios medios determinadas actividades y autocuidados". Para la especialista, la comunicación entre el paciente y el médico "juega un papel fundamental, incluso antes de su colocación para que comprendan los resultados que podrán obtenerse y aquellos que no, así como el seguimiento estrecho de la terapia. Por lo que una parte importante de la misma reside en la formación del paciente y los cuidadores".
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.