Expertos explican cómo estas pruebas mejoran la detección precoz y la optimización de tratamientos

Diagnóstico molecular, el gran salto en tuberculosis multirresistente
Verónica González-Galán, médico especialista en Microbiología y Parasitología clínica; y Adrián Sánchez-Montalvá, especialista en Enfermedades Infecciosas.


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La tuberculosis multirresistente (TB-MDR) sigue siendo un desafío sanitario global, y aunque en España su incidencia sigue siendo baja, los expertos advierten de un aumento progresivo de los casos. De hecho, de esta patología y la actualización de su diagnóstico y tratamiento se celebrará un webinar el próximo 3 de abril a las 17.00 horas, cuya inscripción está disponible en este enlace.

Verónica González-Galán, médico especialista en Microbiología y Parasitología clínica del Hospital Universitario Nuestra Señora de Valme de Sevilla, señala que "en los últimos años se han producido cambios en nuestro entorno en forma de problemas económicos globales, conflictos bélicos y flujos migratorios que han hecho difícil el seguimiento de los enfermos y que puede que haya favorecido la transmisión de la enfermedad".

Adrián Sánchez-Montalvá, especialista en Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron, coincide en que los movimientos migratorios han incrementado la presencia de TB-MDR en España, ya que “muchas de estas personas provienen de países con alta incidencia de tuberculosis y una elevada proporción de casos resistentes”. Los enfermos que sufren condiciones socioeconómicas adversas que dificultan el acceso de las personas al sistema sanitario y la retención durante el seguimiento.

Diagnóstico: el papel crucial de las pruebas de biología molecular


Uno de los aspectos más determinantes en la lucha contra la TB-MDR es el diagnóstico precoz, y en este ámbito, las pruebas de biología molecular han supuesto una auténtica revolución. González-Galán subraya que “las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos permiten un diagnóstico del microorganismo y las mutaciones que median los mecanismos de resistencia en pocas horas, siendo una ventaja sobre el cultivo convencional, donde Mycobacterium tuberculosis puede tardar en crecer hasta 40 días".

Estas pruebas no solo han mejorado la precocidad del diagnóstico, sino que también han aumentado la precisión en la detección de M. tuberculosis y la identificación de genes asociados a resistencias. Esto facilita la clasificación de los enfermos y permite iniciar un tratamiento más adecuado y personalizado en un menor tiempo. “El diagnóstico molecular ha cambiado las reglas del juego en el manejo de la TB-MDR, ya que nos permite actuar con rapidez y prescribir el tratamiento más adecuado desde el primer momento”, explica la experta.

Además, las guías de práctica clínica de SEPAR-SEIMC recomiendan su uso como primera opción diagnóstica debido a su alto rendimiento. La introducción de estas herramientas ha reducido los tiempos de espera y ha mejorado los pronósticos de los enfermos, convirtiéndose en una de las estrategias más eficaces en la lucha contra la enfermedad.

Avances terapéuticos: un cambio radical en la calidad de vida


Los tratamientos para la TB-MDR han evolucionado rápidamente en los últimos años. Anteriormente, los enfermos eran sometidos a regímenes prolongados de hasta 24 meses con combinaciones de fármacos, muchos de ellos inyectables y con efectos adversos severos. “Los esquemas de tratamientos previos podía provocar sorderas irreversibles y toxicidad renal”, explica Sánchez-Montalva.

Hoy en día, gracias a los nuevos fármacos, se han logrado tratamientos orales de solo seis meses de duración. “Este cambio ha sido revolucionario, con tasas de curación del 80-90% en condiciones de terreno y hasta del 95% en ensayos clínicos”, añade el experto.

La Guía de práctica clínica de SEPAR-SEIMC, en la que ambos especialistas participan, destaca la importancia de estas nuevas combinaciones de fármacos y subraya la necesidad de personalizar los tratamientos según las resistencias detectadas.

Desafíos y estrategias para el futuro


Pese a los avances, aún quedan retos importantes. González-Galán enfatiza que “el diagnóstico precoz sigue siendo fundamental para evitar la transmisión y mejorar el pronóstico de los enfermos”. En este sentido, el refuerzo de las pruebas de biología molecular en los sistemas de salud es una prioridad clave. “El acceso a estas pruebas en todos los niveles asistenciales es esencial para reducir los tiempos de respuesta y mejorar la eficacia del tratamiento”, señala la experta.

Además, aunque los tratamientos han mejorado, “seguir tomando cuatro antibióticos durante seis meses sigue siendo un reto en adherencia para muchos enfermos”, afirma Sánchez-Montalva.

Otro problema es la aparición de resistencias a los nuevos fármacos. La Guía SEPAR-SEIMC recomienda la monitorización estricta del tratamiento y el uso de terapias observadas para garantizar su cumplimiento. Además, se subraya la necesidad de investigar tratamientos aún más cortos y específicos.

Investigación y colaboración internacional


"La investigación es clave, desde la básica hasta los ensayos clínicos. Para ello hay que dotar de recursos económicos y fomentar la investigación entre los más jóvenes para que las figuras senior puedan tener relevo generacional", destaca González-Galán.

Los expertos coinciden en que la lucha contra la TB-MDR requiere un compromiso global. Como concluye Sánchez-Montalva, “estamos infinitamente mejor que hace diez años, pero el reto ahora es seguir avanzando para reducir la carga de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los enfermos”.
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