Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin
14 abr. 2021 15:40H
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La pandemia de Covid-19 ha provocado que algunas cirugías no urgentes sufran demoras o sean canceladas ante la crisis vivida por el sistema sanitario. En este sentido, el sector de Traumatología de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) ha querido poner de manifiesto su preocupación por este hecho.
Según estimaciones de Fenin, en España en el año 2020 se dejaron de practicar más de 45.000 cirugías traumatológicas programadas (alrededor de 35.000 cirugías corresponden a cadera y rodilla; 5.500 a cirugías protésicas de hombro y en torno a 5.000 se refieren a intervenciones de columna).
De esta manera, desde el sector de Traumatología de Fenin considera que “es fundamental que se normalice la actividad quirúrgica no urgente y que se reprogramen aquellas cirugías que se han visto afectadas a causa de la pandemia”, todo ello para amortiguar el impacto sanitario y económico motivado por la cancelación de estas intervenciones .
Problemas derivados de estas suspensiones
Para ello, la propuesta que hacen es la puesta en marcha de un plan específico de recuperación de listas de espera, así como la dotación a los hospitales de los recursos y mecanismos necesarios para poner fin a esta situación, de modo que las listas de espera no continúen aumentando.
También recuerdan que “si bien este tipo de intervenciones quirúrgicas no son urgentes, su retraso conlleva importantes consecuencias en el pronóstico de estas patologías, así como en lo que respecta a la calidad de vida de los pacientes, además de que compromete su recuperación, lo que se traduce en destacados costes para el sistema sanitario (bajas laborales, frecuentación hospitalaria y visitas a urgencias, etc.)”.
Por estos motivos, recalcan que “posponer este tipo de cirugías puede suponer también que persista y se agrave el dolor en los pacientes, así como la limitación funcional que provocan dichas afecciones, lo que impacta directamente sobre el desarrollo normal de la actividad diaria de los afectados y favorece el sedentarismo, con las consiguientes consecuencias sobre la salud cardiovascular, especialmente de cara a enfermedades tales como la diabetes o la hipertensión. Asimismo, para paliar el dolor de estos pacientes, se tiende a aumentar el consumo de fármacos (especialmente analgésicos y antiinflamatorios)”.
Máxima colaboración
Otra de las consecuencias derivadas del retraso de estas intervenciones que señalan es “el agravamiento de la patología y la sobrecarga mecánica de otras articulaciones, acelerando la artrosis y provocando contracturas o tendinitis, lo que supone un empeoramiento del estado físico del paciente. Esta situación llega a repercutir también sobre la salud emocional de los afectados, contribuyendo a la aparición de depresión o ansiedad. Todo ello, recuerdan, se traduce además en un importante aumento de los costes que han de asumir los hospitales y las Administraciones Públicas, ya que el incremento de las listas de espera implica que, en el futuro, el sistema deberá destinar mayores recursos a paliar la situación debido al agravamiento de estas patologías.
En este contexto, desde el sector de Traumatología de Fenin ofrecen a las distintas Administraciones su “máxima colaboración, aportando conocimiento, capacidad y experiencia, y poniéndose a disposición del sistema y de los profesionales sanitarios para contribuir a revertir esta preocupante situación”.
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