Eduardo Crespo Vallejo, jefe de Sección de Radiología Vascular e Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz.
La
ablación de nódulos tiroideos es una de las nuevas técnicas mínimamente invasivas que están aplicando los especialistas para eliminar mediante energía térmica este tipo de tumores benignos.
Eduardo Crespo Vallejo, jefe de Sección de
Radiología Vascular e Intervencionista de la
Fundación Jiménez Díaz ha explicado a
Redacción Médica las ventajas de este tratamiento, que a pesar de su corta vida ya se está incorporando en los Servicios de varios hospitales, por lo que podrá ser un procedimiento común en las próximas décadas.
¿Quién lleva a cabo este procedimiento?
Los especialistas que desarrollan este tipo de procedimientos pertenecen a la Radiología Vascular e Intervencionista, también conocida como
'Cirugía Guiada por Imagen'. Se trata de una subespecialidad de la
Radiología que surgió en la década de los 70 mediado por los avances en el campo de la Radiología y la Ingeniería instrumental. Para la realización de estas intervenciones mínimamente invasivas se utilizan
técnicas de imagen como la fluoroscopia o la
ecografía para guiar los procedimientos en tiempo real.
¿Qué es la ablación?
La ablación consiste en colocar de manera muy exacta y guiada por una técnica de imagen, habitualmente la ecografía,
una o varias agujas en el centro del tumor a tratar. Estas agujas por distintas tecnologías aplican una
energía térmica
El tratamiento reduce exponencialmente el riesgo de hipotiroidismo
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que destruye de manera predecible y controlada un volumen de tejido, eliminando así el tumor. En casos de cánceres, esta técnica es en
tumores menores de 3 centímetros. La forma más frecuente de realizar una ablación es
percutánea, es decir, con una aguja que se inserta a través de la piel en el centro de la lesión a tratar y que consigue que el
nódulo se necrose sin abrir al paciente. Por ello, comparado con la cirugía convencional, la ablación causa menos complicaciones y tiene un tiempo de recuperación más corto.
Los órganos susceptibles de tratarse con ablación son
tumores hepáticos, tumores pulmonares, tumores renales, tumores de páncreas, tumores óseos y de partes blandas, y recientemente
nódulos tiroideos.
¿En que pacientes está indicado?
Este tratamiento está indicado en pacientes con
nódulos tiroideos benignos, siempre confirmado con dos punciones previas con aguja fina. Además, la presencia de dicho nódulo o nódulos debe estar asociado a la existencia de
síntomas comprensivos como disfagia y afonía, problemas cosméticos o crecimiento en el tiempo. Se suele ablacionar nódulos no funcionantes mayores de 2 centímetros y nódulos hiperfuncionantes detectables en la
ecografía, independientemente de su tamaño.
¿Qué ventajas tiene respecto a los tratamientos actuales?
Las ventajas con respecto a la técnica quirúrgica son varias. En primer lugar, cabe destacar que consiste en un procedimiento realizado solo con
anestesia local, sin incisiones que requieran puntos y en régimen
ambulatorio. Por ello, el paciente tiene la posibilidad de marcharse a casa tan solo dos horas después de que haya sida realizada la
Estas técnicas están sustituyendo a las cirugías convencionales
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intervención.
Por otro lado, conservamos el parénquima sano del
lóbulo tiroideo a tratar evitando por ello el posible hipotiroidismo secundario a la hemitiroidectomía, lo que evita que el paciente deba medicarse de por vida.
Tampoco se puede olvidar el riesgo de disfonía asociado a la técnica quirúrgica por daño del nervio laríngeo recurrente, que se encuentra localizado muy próximo al borde medial de la glándula tiroidea. En el caso de la ablación siempre se respetará esta zona anatómica y por tanto
dicho riesgo es prácticamente cero.
¿Cómo es la recuperación? ¿Qué beneficios tiene para el paciente?
Al no requerir incisiones no existirán suturas, por lo que se evitarán las
cicatrices en zonas tan visibles. Por otro lado los pacientes pueden
marcharse a casa en tan solo dos horas, lo que significa que pueden realizar su recuperación en casa, en un entorno extrahospitalario que puede suponer más confort. Por último, esta técnica nos permite no exponer al paciente al
hipotiroidismo permanente.
¿Cómo ve el futuro de este procedimiento?
Es muy importante el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas guiadas por imagen como esta porque están
sustituyendo en alto grado a las cirugías clásicas. En cuanto a la ablación de tiroides es un proceso nuevo, se viene haciendo desde hace dos años aproximadamente, aunque la técnica de ablación como tal hace bastante tiempo que se aplica.
La incorporación al resto de
hospitales sí que se está realizando de forma más paulatina porque se tienen que crear guías clínicas que se tienen que seguir, aunque se está avanzando y cada vez son más centros los que pueden ofrecer este tipo de tratamiento.
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