Carlos Antequera, a la derecha, con sus amigos de la carrera
Carlos Antequera acaba de terminar sus exámenes de Medicina y, aunque de momento han ido bien las notas, hay tres asignaturas que le preocupan. El madrileño, de Tres Cantos,
estudia en la Universidad Francisco de Vitoria, aunque intentó en dos ocasiones estudiar en la pública. “Me llamaron la atención los programas que tiene, el centro de simulación o hacer prácticas desde primero. Son poquitas pero vas tomando contacto”, resalta el joven sobre su universidad.
"Mi padre siempre me dice que desde pequeño ya estaba empecinado con ser médico. Ya en el instituto vi que las carreras de Ciencias me llamaban muchísimo la atención. No solo por
la parte vocacional de intentar ayudar, sino también por la parte intelectual, que me parecía muy estimulante”, confiesa Carlos, hijo de dos enfermeros que le inculcaron las ganas.
TAMBIÉN NUTRICIÓN
El año que estuvo preparándose la PAU por segunda vez, Carlos aprovechó para estudiar
Nutrición y Dietética, por lo que el desembarco universitario no le resultó demasiado complicado: “Lo que realmente se hace duro es la época de exámenes, ese momento del año. Yo porque soy una persona tranquila, pero
tengo compañeros que están estresados perdidos”, bromea el joven, quien en primero estuvo haciendo prácticas en distintos centros de salud.
De primero a segundo, recuerda el joven, se notó "más responsable a la hora de organizarse y estudiar”, aunque reconoce –entre risas- que tampoco es capaz de llevar todo al día. “También empecé a implicarme un poco más en las prácticas y perder el miedo”, explica el madrileño, que resalta que, durante las prácticas,
solo pueden ver a los pacientes y aprender, nada de tratarlos.
"En tercero hemos rotado por Cirugía, Medicina Interna y Farmacia; en el Hospital de la Moraleja. También hemos estado por Rayos, que me ha sorprendido la parte de mamografías, me parece interesante, aunque no es lo que haría porque no hay tanto contacto con el paciente", reflexiona.
BUEN AMBIENTE
Carlos Antequera, abajo a la izquierda, con sus compañeros de la Universidad Francisco de Vitoria
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Carlos está encantado con los compañeros con los que comparte esta
experiencia universitaria y con la “comunidad” que forman. “Me gusta que nos enseñen a cómo tratar con la persona, a intentar verla en todas sus esferas. Porque verlo en el papel es importante, pero una vez te pones en situación, te dejan solo con los pacientes o
te pones a hacer historias clínicas, es cuando vas viendo que realmente te gusta”, relata con sinceridad el joven.
Al joven, eso sí, le hubiera gustado sentirse más libre en sus años de estudio. "
Me hubiera gustado tener algo más de flexibilidad porque son más estrictos en cuanto a horarios o clases. Hay gente que está trabajando o tiene otras cosas que hacer también y en la Universidad están como muy encima", reivindica Carlos, que también cree que se
debe dar más tiempo a asignaturas más importantes y no tanto a otras "que son un poco más de relleno".
Aunque todavía le queda tiempo, el madrileño ya tiene en mente presentarse al examen MIR: "Ya nos están dando claves y algún librito, todo está enfocado al examen", apunta Carlos, que valora el tercer curso desde la experiencia: "Me ha parecido complicado. No tanto el curso, que es más bonito porque ya tienes las prácticas de un mes entero en el hospital dos veces al año y lo hace más llevadero; pero sí que en
los exámenes han sido más exigentes. No sé si han subido el nivel o hemos estudiado menos”, bromea.
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