Un funcionario narra cómo su hija con autismo va a perder a sus especialistas en el nuevo concierto

Unos mutualistas de Muface se quedan sin especialistas: "¿Qué puedo hacer?"
Fachada de Muface


SE LEE EN 6 minutos
Incertidumbre. La palabra se repite en varias ocasiones. Ese miedo, incluso, se traslada al tono de voz. Tímido, en tensión. Un sonido entrecortado. Al otro lado del teléfono Javier Samaniego (Ourense, 44 años) cuenta que los últimos meses de su familia han estado cargados de dudas. De temor. Un sentimiento que ahora se extiende aún más. Ha pasado más de siete meses mirando el móvil, la última hora. Pendiente de una crisis que, ahora, le impacta de cerca. Y es que su hija, de 14 años, una adolescente con autismo, va a perder el próximo mes de mayo a los especialistas de la compañía que le dota de asistencia sanitaria de Muface. Y la pregunta es constante durante la conversación: “¿Qué puedo hacer?”.

Samaniego, originario de la ciudad gallega, conoce de primera mano el modelo de sanidad privada de la mutualidad. Su padre fue policía nacional, por lo que desde que nació formó parte de la cartera de beneficiarios de Muface. Primero, con Caser, una compañía que abandonó el concierto hace más de una década por, entre otras cuestiones, la situación financiera del modelo. Después, con DKV, que repite los pasos de la compañía en 2025.

“No conozco otra cosa que no sea la sanidad privada de Muface”, explica a Redacción Médica. Tras su paso como beneficiario, Samaniego se convirtió en 2003, siguiendo la 'herencia familiar', en policía nacional. Conoce la cobertura de grandes ciudades como Barcelona, donde estuvo destinado y trabajó en la sección de antidisturbios. Pasó por varios puestos hasta volver a su Ourense natal donde ahora, apunta, vive los últimos coletazos de la crisis de Muface.

El pasado marzo, cuando DKV, la compañía a la que se encuentra adscrito junto a su familia, decidió abandonar el concierto, sus dudas crecieron. “En mi caso nunca he tenido que ir mucho al médico, no he tenido enfermedades graves y siempre he tenido una buena respuesta por parte de la aseguradora”, matiza. Y con un detalle: “La incertidumbre no es por mí, es por la sanidad de mi hija”.

Samaniego recuerda que, al poco de nacer, su hija fue diagnosticada de autismo. Desde entonces ha acudido junto a ella a distintas sesiones con especialistas de la compañía. “Nos hemos quedado sin médicos porque no están en otras compañías. ¿Qué va a hacer ahora Muface con casos como el de mi hija?”, lanza a este periódico este mutualista.

Tenemos un control cada mes o mes y medio. Hacemos consultas, algunas por videollamada. De hecho, ahora, al ser adolescente, está más nerviosa, y hay que hacer más hincapié en cuestiones hormonales”, relata Samaniego.

Además, este funcionario público ha recibido varias sugerencias en las últimas semanas. “Muchos me han dicho que la pase a la sanidad pública”, comenta el policía. Aunque tiene claro que, por el momento, esa no va a ser su postura. “No podemos tener las listas de espera de la pública. No hablo solo de que se rompa algo. Con autismo, todo se magnifica. Hay que tener mucho cuidado”, incide.

Lo cierto es que las dudas de Samaniego no se van a disipar aún. Hasta que no se conozcan los cuadros médicos de las compañías, cuya fecha de publicación está prevista para el 1 de mayo, coincidiendo con la entrada en vigor del nuevo concierto, él y su familia no sabrán qué especialistas estarán en una de las dos compañías (Asisa o Adeslas) presentes en el modelo de sanidad privada de Ourense. Aunque, lo que sí sabe este funcionario, es lo que hará si los especialistas de su hija no aparecen en los catálogos. “Pagaré un seguro privado”, sentencia. Entonces sí, combinará la sanidad pública con una póliza privada.

Esa opción, de hecho, ya la escogen el 30 por ciento de los mutualistas. Así lo explica a primera fase del informe ‘Spending Review 2022-2026’ de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) publicado a finales de mayo. En el documento, además de proponer la desaparición progresiva del sistema de mutualismo (Muface y sus ‘hermanos’, Mugeju e Isfas), el organismo público analizaba los datos de esta doble cobertura, que en los últimos años se ha convertido en una tendencia dentro de la mutualidad.

Muface enfrenta los últimos días de su crisis


La recta final de la crisis sin precedentes de Muface ha llegado. Después de siete meses, más de 200 días, tres licitaciones, tres prórrogas, protestas y cartas de despedida (y de bienvenida), la mutualidad encara los últimos días de su trance histórico. De hecho, en los próximos días está prevista la firma del nuevo concierto sanitario por parte de Adeslas, Asisa y el propio Gobierno. Una rúbrica que pondrá fin a uno de los problemas de mayor calado en los casi 50 de la historia de Muface.

Tras la salida de DKV, Asisa y Adeslas se han convertido en las únicas entidades licitadoras del concierto. Algo insólito, puesto que la compañía nunca había contado con solo dos aseguradoras. Además, como ya informó Redacción Médica, ambas son ya las ajudicatarias del nuevo contrato, valorado en 4.300 millones de euros.

Con ello, esa firma pondrá fin a siete meses en los que Muface se ha colocado en el foco del debate público. Más de 200 días en los que la asistencia sanitaria privada de la mutualidad se ha debatido entre su desaparición y la supervivencia. El mayor trance de su historia que quedará paralizado hasta 2027, cuando el Gobierno y las aseguradoras se preparen para una nueva etapa. Entonces llegará el nuevo ‘enigma Muface’.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.