La
violencia de género se considera un grave problema de salud pública. Su prevalencia a nivel mundial es elevada y la mayoría de los casos se atienen en las
Urgencias de un hospital. Hace escasos años, se implantó en España un protocolo específico para situaciones como esta. Para averiguar qué ha supuesto la implantación del mismo, el
Ministerio de Sanidad ha elaborado un estudio comparativo de los últimos dos años evaluando cómo ha afectado al sistema sanitario el denominado
Protocolo de Atención Integral, Sanitaria y Judicial a Víctimas de Agresiones Sexuales en Urgencias.
Aunque es una herramienta que se ha extendido por diferentes comunidades autónomas, esta investigación únicamente se centra en el abordaje de la
Comunidad Valenciana ya que, como explican sus autoras, hay diferencias entre ellos y “ninguno aborda la atención integral a las víctimas como el de la Comunidad Valenciana”. Así, con una
muestra de 128 víctimas (124 mujeres y cuatro hombres de diferentes nacionalidades) se ha concluido que, desde el 2018 hasta el 2020 -con independencia de si estaba o no en vigor el mencionado protocolo-, todas las víctimas son mujeres y, en más del 60 por ciento de los casos, españolas.
La Comunidad Valenciana, junto con la Comunidad de Madrid y Andalucía, son las regiones que presentan el mayor número de víctimas por violencia de género, siendo el grupo de edad más prevalente el comprendido entre los 15 y 30 años. La primera de ellas, incorporó este protocolo en noviembre de 2019 respondiendo a la
“necesidad” de una coordinación integral tanto a nivel sanitario y forense, como a nivel judicial y fiscal, y en el que también estuviesen implicados las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCSS) y los servicios especializados en materia de
violencia contra la mujer.
El estudio de Sanidad constata que este protocolo ha supuesto "una mejora evidente" en Urgencias
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Un año después de su implantación en el Servicio de Urgencias del Hospital La Fe, el
estudio de Sanidad concluye que
“en todos los casos los agresores fueron hombres”. Concretamente, fueron hombres conocidos en el 46 por ciento de los casos (en el 63,2 por ciento, distintos a la pareja, que representa el 8,8 por ciento) y en el 43,5 por ciento, desconocidos. Asimismo, destaca que
un 60,4 por ciento de las víctimas eran de nacionalidad española. El resto procedía, por este orden, de Sudamérica, Europa del Este, Europa Occidental, Norte de África y Asia.
“Los Servicios de Urgencias de los Hospitales suelen ser el primer lugar al que recurren las víctimas de agresiones sexuales en busca de ayuda profesional, por lo que
es necesario proporcionar recursos y formación que amparen y faciliten el apoyo a las víctimas”, defiende el estudio. Por ello, se solicita que todos los agentes que intervienen, entre ellos los profesionales sanitarios, “tengan la capacidad de respuesta adecuada, creando protocolos que permitan una atención de calidad, así como la evaluación de su efectividad y cumplimiento”. De hecho, constata que
este protocolo ha supuesto una “mejora evidente de la calidad asistencial en Urgencias”.
Particularmente, detalla que la
toma de muestras clínicas fue “significativamente superior” tras la implantación del protocolo (91,7 por ciento) que con anterioridad a éste (75 por ciento). Lo mismo ocurrió con la
profilaxis de embarazo (un 25 por ciento más con respecto al modelo previo) y de
ITS (un cinco por ciento más). Mientras, la
profilaxis post-exposición de VIH se cumplió en todos los casos que así lo requerían, en cambio, no se realizó en más de la mitad de las situaciones anteriormente. Por otro lado, la
derivación para seguimiento tras el alta se realizó correctamente en el 93,8 del grupo post-protocolo, frente al 77,3 por ciento del pre-protocolo.
La personación de las FFCCSS y la cumplimentación del parte en SIVIO son las medidas que han supuesto un mayor aumento
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Igualmente, la cumplimentación del
informe en SIVIO (Sistema de Información para la detección y actuación frente a la violencia de género) también fue mayor en el primer grupo en el que, además, se efectuó un parte de lesiones en todas las víctimas. El acompañamiento o la intervención por parte de las
FFCCSS fue del 73 por ciento en este marco, un 23 por ciento más que antes del protocolo.
En cuanto al
tiempo de permanencia en el Servicio de Urgencias, apenas varía entre ambos modelos (una media de cuatro horas). Tampoco se observa que el Protocolo de Atención Integral, Sanitaria y Judicial a Víctimas de Agresiones Sexuales en Urgencias haya disminuido el
tiempo de atención en esta área (en torno a un 55 por ciento acudieron en las primeras 24 horas tras la agresión) ni diferencias en el
tiempo transcurrido desde la agresión hasta su atención en Urgencias, que en más del 90 por ciento de los casos fue inferior a siete días.
Por esta razón, señalan que “es necesario que se reduzca el tiempo de atención y haya mayor coordinación entre todas las instituciones implicadas, mediante la cumplimentación del informe en SIVIO y la derivación a los recursos especializados”, con
el fin de mejorar el seguimiento y prevenir secuelas a largo plazo, evaluándose periódicamente los resultados.
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