Los requisitos para el acceso extraordinario al nuevo título de
Urgencias y Emergencias dejan en una encrucijada a cerca de
15.000 médicos generales que pertenecen a promociones posteriores a 1995 y que, pese a que acumulan años e incluso décadas de experiencia en el sector, se verán forzados a
realizar el MIR si quieren ser reconocidos como especialistas. La situación es particularmente delicada debido al alto grado de interinidad del colectivo: “En algunas comunidades autónomas ya hay compañeros a los que les han dicho que no los van a volver a contratar”, explica a
Redacción Médica Albert González, presidente de la Asociación Española de Médicos Generales (Asemeg), que advierte de la posible
“fuga” de muchos de estos facultativos.
La base del problema se encuentra en el
Real Decreto por el que se establece el título de Urgencias y Emergencias, que entró en vigor el pasado julio. En concreto, en su disposición transitoria primera, que establece que podrán acceder a la vía extraordinaria las personas con título de médico especialista en Ciencias de la Salud y aquellas “habilitadas para el ejercicio de la Medicina General o de Familia” que aparezcan en el
Registro Estatal de Profesionales Sanitarios (REPS) y que acrediten “un ejercicio profesional” en ciertos ámbitos.
Fuentes del Ministerio de Sanidad inciden en que “las únicas opciones abiertas actualmente” para ejercer en plazas de médico de Familia son las de ostentar el título de especialista (bien a través del MIR o con el
acceso excepcional para MESTOs) o tener la certificación que recoge el RD de médicos generalistas del SNS.
"Nosotros, que llevamos años luchando por esta especialidad, la recibimos con un sabor agridulce"
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"En caso de no disponer de la correspondiente especialidad o habilitación, ni tampoco acreditar el ejercicio profesional exigida en cada uno de los supuestos, no podrá disponer del título de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias por la vía extraordinaria", sentencian estas fuentes.
“Al final, nosotros, que llevamos años luchando por esta especialidad, la recibimos con un
sabor agridulce”, reconoce González, quien destaca que los primeros borradores del citado RD eran mucho
más “inclusivos” para que estos médicos generales pudieran ser reconocidos formalmente.
"Contradicción" en la especialidad de Urgencias
El propio González incide en que estos profesionales sanitarios cuentan habitualmente con formación específica (y continuada) en
Medicina de Urgencias y Emergencias. “Pero se va a dar la contradicción de que un grupo relevante de quienes hoy ejercen como tales especialistas, no podrán tener acceso a especialidad creada para ellos”.
En lo que respecta al impacto que tendrá este cambio de contexto en la actividad de estos médicos, Albert González expone el caso de los
trabajadores de ambulancias. Hasta ahora, la Ley de Transporte establecía que “lo único que se necesita es ser médico”. “Ahora pone claramente que hay que ser especialista —añade—. Si las autoridades piden la credencial de ese facultativo, podría multar a la empresa titular del vehículo sanitario por no tener la dotación que dicta el real decreto”.
“En algunas comunidades autónomas ya hay compañeros a los que les han dicho que no los van a volver a contratar”, incide el portavoz de Asemeg, quien pone de relieve la “precariedad laboral” de un colectivo con altas dosis de temporalidad e interinidad. “Y lo que se nos dice es que
la única opción que tenemos es hacer el MIR, no se contempla la homologación”, apunta.
Recurso ante el Tribunal Supremo
El futuro, por el momento, es incierto, y de hecho no se descarta que el caso termine en los tribunales. Desde Asemeg sostienen que ya se está valorando la posibilidad de recursos a la vía
contencioso-administrativa del Tribunal Supremo para solicitar la paralización del Real Decreto. “Consideramos que hay una vulneración del derecho fundamental a la igualdad de acceso a la especialidad”, destaca Albert González.
“Nosotros nos sentimos urgenciólogos; queremos a nuestra especialidad, pero lo que no queremos es que se nos utilice —añade—.
Si no nos quieren, nos tendremos que ir a otro país”.
Un problema "sin solución"
En palabras de
Víctor Pedrera, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), el problema es que la administración central “se salta su propia normativa”. “Partimos del hecho de que son profesionales que tienen graduación de Medicina, pero no tienen capacitación para ejercer en el Sistema Nacional de Salud —explica a
Redacción Médica—. No tiene solución; se quejan con razón, esto no debería haber ocurrido”.
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