Con un
75 por ciento de la población vacunada al completo y la posibilidad de una tercera dosis en el horizonte, cada nuevo hallazgo en términos de protección rente al Covid-19 cuenta. De momento, los datos disponibles indican una
duración "muy duradera" de la inmunidad tanto en personas vacunadas como en aquellos que han padecido la enfermedad. Sin embargo, es posible que, al realizar una
prueba serológica, el nivel de anticuerpos obtenido sea bajo o nulo. ¿Qué ocurre en estos casos?
Desde el Ministerio de Sanidad aclaran que los
títulos de anticuerpos no son un indicador sustituto de la magnitud de memoria inmunológica. La inducción de una respuesta inmunitaria celular tiene que ver con una "protección más efectiva y duradera", explican en la ú
ltima revisión de su informe sobre la inmunidad frente al Covid-19.
Por tanto, no disponer de anticuerpos o generar una cantidad baja no supone obligatoriamente un agotamiento de la respuesta humoral. La "larga vida" de las células B de memoria y de las células plasmáticas permiten volver a producirlos de forma rápida tras una reinfección. De hecho se estima, que las personas vacunadas e infectadas pueden generar este tipo de escudo "en menos de 48
horas", según señala el documento.
Por esta razón, el ministerio considera que las pruebas serológicas de detección de anticuerpos "no deben considerarse un indicador sólido de inmunidad protectora" ni en personas que hayan dado positivo en el virus ni en relación a la efectividad vacunal.
A pesar de la efectividad de este tipo de test, utilizado como método diagnóstico en las fases iniciales de la pandemia en 2020, el departamento dirigido por Carolina Darias considera que en estos momentos su valor para detectar el virus "es prácticamente nulo" y su utilidad radica en la valoración de la respuesta inmunitaria humoral.
Producción "contunua" de anticuerpos de células plasmáticas
El documento diferencia entre dos tipos de células plasmáticas: las de vida corta y las de vida larga. Las células plasmáticas de corta vida, como su nombre indica, suelen durar poco tiempo (semanas o pocos meses), se suelen generar en respuestas extrafoliculares, producen anticuerpos de forma rápida tras la activación por el antígeno y juegan un papel clave en la contención del patógeno durante los primeros días tras la infección.
Por su parte, las células plasmáticas de larga vida pueden durar meses o años, se suelen alojar en la médula ósea y órganos linfoides secundarios y se suelen generar tras la reacción de centro germinal. Producen anticuerpos de forma continua sin la necesidad de interacción con el antígeno y son las responsables de mantener los títulos de anticuerpos en el suero.
La actualización del informe amplía así mismo la información acerca de las células B y su papel "doble en la inmunidad". Por un lado, ueden comportarse como células presentadoras de antígeno, reconociendo proteínas virales y presentándolas a los linfocitos T, favoreciendo su activación. Por otro, pueden diferenciarse a células productoras de anticuerpos (células plasmáticas) o a linfocitos B memoria.