Siete de cada diez embarazadas padecen náuseas y vómitos durante la gestación. En muchas ocasiones, estos síntomas son debilitantes. Incluso algunas de ellas son diagnosticadas con
hiperémesis gravídica (HG) cuando es tan intenso que no pueden ni comer ni beber con normalidad, además de tener que llevar una actividad muy limitada. Una investigación vislumbra que la hormona
GDF15 abre la vía para acabar con ellas.
"Nuestros hallazgos respaldan un supuesto papel causal del
GDF15 de origen fetal en las náuseas y los vómitos del embarazo, siendo la sensibilidad materna determinada al menos en parte por la exposición a la hormona antes del embarazo, siendo una influencia importante en su gravedad", afirma la investigación publicada este miércoles en
Nature.
Es decir, esta hormona se encuentra en dosis elevadas cuando se padece náuseas y vómitos o cuando se padece
hiperémesis gravídica. Pero el estado de esta hormona previo al embarazo tiene un gran protagonismo en lo que ocurrirá después: los niveles bajos de GDF15 previo al embarazo aumentan el riesgo de desarrollar hiperémesis gravídica. Por el contrario, las mujeres con beta-talasemia, una afección en la que los niveles de esta hormona son "crónicamente altos", reportan niveles muy bajos de náuseas y vómitos durante la gestación.
"Los niveles antecedentes de CDF15 influyen en la sensibilidad materna al aumento de GDF15 derivado del feto que se produce desde las primeras etapas del embarazo en adelante", resume la investigación.
Pero, ¿qué explicación tiene? Los científicos lo resumen: "Es posible que las variantes que afectan a la expresión de esta hormona lo hagan de manera diferencial en el tejido adulto frente a la placenta. Además, existen factores más allá del
gen GDF15 que pueden influir en la producción de esta hormona por parte de la
unidad fetoplacentaria".
Previo al embarazo, esta hormona se suele producir de forma ubicua dando respuesta a una variedad de tensiones celulares. En los años 2000, unos investigadores ya reportaron la presencia de niveles elevados de esta en la sangre materna en embarazos.
Implicaciones del estudio
Entre las conclusiones, los investigadores recalcan que los hallazgos tienen "implicaciones obvias para la
prevención y el tratamiento de la hiperémesis gravídica". "Sostenemos que el aumento agudo de GDF15 que acompaña al embarazo normal es probablemente necesario, si no suficiente, para la causalidad de hiperémesis gravídica", concluyen.
Es por ello que afirman que "bloquear la acción" de la hormona en la embarazada "debería ser" una terapia muy eficaz para las mujeres que lo padecen. Pero, además, plantean otra cuestión: la
metformina "aumenta considerablemente" esta hormona en humanos y "podría probarse" como un agente profiláctico para la hiperémesis gravídica.
Pese a los hallazgos, los investigadores llaman a la cautela: "Independientemente de los agentes específicos utilizados, se necesita más información sobre la dosis-respuesta y el curso temporal de la desensibilización al GDF15 en humanos antes de planificar ensayos de exposición al GDF15 previo al embarazo en mujeres con riesgo de HG. Desde la tragedia de la
talidomida, es comprensible que las preocupaciones sobre la
seguridad hayan sido muy prominentes en las discusiones sobre nuevos tratamientos para la HG".
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