La ministra de Educación, Pilar Alegría.
La negociación del ámbito educativo ha allanado el camino para la
contratación de más sanitarios en el ámbito de la Atención Primaria. El Gobierno se ha comprometido a estudiar un refuerzo en las dotaciones de profesionales tanto de los
sistemas de salud como de los
centros escolares con el objetivo de paliar los problemas vinculados a la
salud mental que afectan a los estudiantes, sus familias o al propio profesorado. Algo que podría traducirse en la incorporación tanto de psiquiatras como de psicólogos clínicos.
Este planteamiento figura en una de las propuestas presentadas por
Comisiones Obreras (CCOO) en la última reunión del
Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar. Fuentes presentes en el encuentro han señalado a
Redacción Médica que el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha aceptado “abordar” un
Plan Estatal de Bienestar, en el que se contemple esta necesidad de
incorporar más sanitarios a las plantillas públicas.
El documento aprobado en el foro exige que el nuevo proyecto aporte
medidas normativas para garantizar que las comunidades autónomas “doten a los sistemas educativos y de salud de los
recursos personales y materiales públicos suficientes para prevenir y, en su caso, atender los problemas de salud mental y las enfermedades psicosociales de la comunidad educativa”.
El texto respaldado por todos los participantes del Observatorio también insiste en la necesidad de establecer los
“mecanismos de coordinación suficientes” entre los centros educativos y los sistemas públicos de salud para el reforzamiento de la red pública de orientación, las plantillas docentes y el incremento de cupos para la figura del coordinador de bienestar en los colegios.
Las listas de espera en salud mental
Nani Pizarro, la secretaria de Salud Laboral de Comisiones Obreras, ha explicado a este periódico que aumentar las plantillas de sanitarios que ejercen en la Atención Primaria resulta clave para que los profesionales educativos puedan
derivar a los alumnos a la sanidad cuando ven indicios de algún problema de salud mental y los jóvenes sean atendidos a tiempo. “Hay una clara insuficiencia de personal”, ha lamentado.
La líder sindical ha lamentado que en algunos casos las listas de espera para acceder a un
psicólogo clínico de la sanidad pública se pueden demorar durante
más de tres meses, algo que considera inconcebibles para perfiles de pacientes jóvenes que, en algunos casos, tienen tendencia a autolesionarse.
“La salud mental infantojuvenil siempre ha estado infradotada”, ha subrayado.
Pizarro ha explicado que hay un debate abierto sobre si
la figura del psicólogo educativo tiene que estar presente a tiempo completo en los centros educativos, pero sí que ha insistido en la necesidad de garantizar su accesibilidad en la Atención Primaria.
“Hay que reforzar los servicios públicos”, ha apostillado la secretaria de Salud Laboral.
Esta propuesta se enmarca dentro del plan de Comisiones Obreras para conseguir que al menos haya
un orientador en cada centro educativo de gran tamaño (más de 800 alumnos), así como una red lo suficientemente amplia como para poder coordinarse entre el resto de colegios de menor tamaño que lo requieran.
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