Un modelo de pistolas eléctricas.
27 may. 2016 13:00H
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El uso de pistolas eléctricas ayuda a reducir a personas con trastornos mentales, o al menos así lo cree Lluís Mont, experto en Electrofisiología del Hospital Clínico, que defiende su uso tras advertir que esta arma puede provocar la muerte en personas cardiacas de forma “muy infrecuente”.
Mont ha comparecido ante el grupo de trabajo constituido en el Parlamento para estudiar el uso de pistolas eléctricas por parte de los Mossos d'Esquadra para inmovilizar a personas violentas, evitando el cuerpo a cuerpo, un arma que el Síndic de Greuges desaconseja usar con enfermos mentales.
Frente a la opinión de esta institución, el médico del Hospital Clínico ha defendido que las pistolas eléctricas pueden ser apropiadas para reducir a personas con problemas mentales e, incluso, ha sugerido que se podría plantear el uso de esa herramienta en unidades psiquiátricas, donde los pacientes violentos son actualmente reducidos mediante la fuerza ejercida por varios miembros del personal sanitario.
De hecho, Mont ha admitido que, de implantarse, las pistolas eléctricas estarían principalmente destinadas a la contención de personas con trastornos psiquiátricos, puesto que en la mayoría de ocasiones las actitudes violentas obedecen a “cuadros médicos de gran agitación” vinculados a enfermos psiquiátricos o personas intoxicadas por el consumo de drogas y alcohol.
“Hay un contexto de actuación muy médico”, ha opinado Lluís Mont, que ha añadido que la mera exhibición de la pistola eléctrica ya comporta “un efecto disuasorio importante” sobre las personas con enajenación mental, dado que el cerebro de la persona se “pone en guardia” y puede deponer su actitud violenta.
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