Un médico acoge en su casa a un paciente amenazado de muerte por un okupa

Un médico de Vigo ha dado cobijo en su casa a un hombre al que trasplantó un pulmón hace dos años y cuya vida se ve amenazada por una persona con la que comparte piso, un okupa que presuntamente llegó a provocar un cortocircuito para dejar sin corriente la máquina de oxígeno de la que depende el afectado. 

Según informa La Voz de Galicia, el facultativo se llama Emilio Peña y ejerce como cirujano torácico en el Hospital Universitario de A Coruña (Chuac). Este sanitario practicó hace dos años un trasplante de pulmón a un paciente venezolano de 67 años con el que entabló amistad y al que alquiló una de las habitaciones de un piso que ostenta en Vigo.

El trasplantado convivía con otro individuo que, supuestamente, se “adueñó” del inmueble para convertirlo en un narcopiso en el que se vende y se consumen drogas. De un tiempo a esta parte, la situación se volvió "insostenible", hasta el punto de que víctima y casero han acusado a esta persona de provocar un cortocircuito el pasado domingo que dejó sin corriente la máquina de oxígeno.

---

"Tarde o temprano yo recuperaré mi propiedad, el problema es de este señor", subraya el cirujano

---

“La convivencia se volvió insostenible, se puso de okupa y a vender drogas. Es un narcopiso y ahora temo por mi seguridad ya que el único que queda habitando allí soy yo”, denunció al citado medio el afectado.

Temeroso de la vida de su paciente, el médico gallego decidió darle cobijo y permitirle dormir en su casa de Vigo. También le acompañará a su antigua casa para que pueda recoger sus pertenencias y medicamentos.

"Si le pasa algo, quizá sea tarde"

“Allí mi paciente no se puede quedar, es un riesgo para su integridad”, ha explicado el propio Emiliano Peña, quien subraya que el paciente “necesita oxígeno” y que “si le pasa algo, quizá sea ya demasiado tarde”.

En este sentido, destacó que el trasplantado está en una situación “muy delicada de salud” y tiene “dificultad para respirar si hace esfuerzos”. “Tarde o temprano yo recuperaré mi propiedad, el problema es este señor”, concluye.

El sábado, el facultativo fue a pedir al okupa que se marchase de su vivienda, y este respondió llamando a la policía  para avisar de un abuso.