La declaración de las Fallas como Patrimonio de la humanidad anima a quienes impulsan el proyecto sanitario

Si las fallas son patrimonio, ¿por qué no la relación médico-paciente?
Los impulsores esperan reducir el plazo que han necesitado las Fallas para lograrlo.


2 dic. 2016 10:30H
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La declaración de las Fallas valencianas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ha contagiado de entusiasmo a quienes pretenden un fin semejante con la relación entre el médico y el paciente. Es el caso, por ejemplo, de Patricio Martínez, presidente de honor de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). 

Y es que desde hace meses está sobre la mesa de la profesión médica el proyecto que pretende que esta relación sea también declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aunque todavía en un estadio muy inicial. En conversación con Redacción Médica, Martínez admite que el reconocimiento a la fiesta típica valenciana les anima "a tirar para adelante" y le concede mayor esperanza en que los miembros del Foro de la Profesión Médica, donde presentó el borrador del proyecto, le den contenido al mismo. 

De hecho, actualmente se está intentando convencer a los que serán miembros del Comité de Expertos, los encargados de presentar un texto enriquecido por su valía científica y académica, aunque todavía no hay ninguno confirmado. "Yo estoy animado, creo que al final lo conseguiremos. Además del punto de vista médico, la relación desde el punto de vista social es clave, el enfermo es el centro de gravedad del sistema asistencial y del Sistema Nacional de Salud (SNS). Es de justicia que se reconozca esta situación", ha señalado el presidente honorífico de CESM. 

Proyecto a medio plazo

El proceso de declaración de una propuesta como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad se ha extendido para la candidatura valenciana durante dos años, aunque se acordó iniciarlo en 2011. En el caso de la relación sanitaria los implicados esperan que este plazo se reduzca. 

Para empezar a valorarse, la relación médico-paciente debe cumplir una serie de requisitos, como la compatibilidad con los derechos humanos, la apertura a cualquier grupo social -de cualquier edad, profesión o clase social- o que permita una representación y participación de las mujeres en la planificación y realización cada vez mayor. 

Adhesión de médicos y pacientes

"Al menos queremos demostrar que lo tenemos cumplido, los que marca la convención de la Unesco y también los del Estado español para que se reconozca. El primer paso es que el Ministerio de Cultura lo incluya dentro de los bienes inmateriales de España. Por esto tenemos que empezar por convencer al Gobierno de la necesidad de incluirlo en este catálogo. A partir de ahí se da el salto en este sentido, también para que las organizaciones representativas  de los médicos en Europa se unan", ha afirmado Martínez. 

A continuación, se trataría de buscar la adhesión también del Foro Iberoamericano de la profesión, aunque previamente se habrá intentado consuensuar con las asociaciones de pacientes. "Tenemos previsto que esto ocurra en primavera, que ellos acojan el proyecto como suyo, pero lo haremos una vez que tengamos el documento de los expertos. En cualquier caso, lo primero que hemos hecho es ponerlo sobre la mesa, y esperamos que en 2 o 3 años lo tengamos conseguido", sentencia el presidente de honor de CESM. 
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