La ministra de Sanidad, Carmen Montón.
La
leche cruda no se volverá a
comercializar a nivel estatal, de momento, en España. El
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha paralizado el
Real Decreto que había sido elaborado por el anterior Ejecutivo y al que los nuevos inquilinos del departamento de salud someterán a revisión, según ha informado el diario
El País.
Esta decisión se ha tomado unos días después de que la
Generalitat de Cataluña publicase un
decreto por el que se regulaba la venta de leche cruda en aquella comunidad autónoma tras casi treinta años de prohibición. Y es que este lácteo sin procesar dejó de comercializarse en España en 1990 por
razones sanitarias.
Por este motivo, el decreto del Gobierno catalán no ha sentado nada bien al sector sanitario. Diversos
expertos en nutrición advierten que se trata de "un grave error" que puede perjudicar seriamente la salud de los ciudadanos, ya que por muchas precauciones que se tengan en las granjas y con las vacas, nada reduce el riesgo de que se transmitan microorganismos nocivos si la leche no se pausteriza.
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La leche que no se procesa puede transmitir microorganismos, aunque las medidas de higiene se extremen, y puede provocar muchas infecciones leves, como gastroenteritis, pero también llevar a casos más graves", ha explicado José Manuel Fernández, coordinador del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), a
Redacción Médica.
Un punto de vista que comparte su homóloga en la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Gaualupe Blay, quien explica que "las vacas pueden tener unos controles veterinarios muy buenos, pero hay microorganismos que no se pueden detectar. Y además las ubres se pueden contaminar en cualquier momento. Y t
odo esto conlleva importantes riesgos de infecciones, y no sólo diarreas, sino también fallos hepáticos, meningitis y enfermedades incluso más conflictivas".
En este sentido, una de las medidas de prevención que la Generalitat tiene previsto implantar es la inclusión de una etiqueta en los envases de leche cruda en la que se especifique es un lácteo sin tratar y que es necesario hervirla antes de su consumo. "
Esto no tiene sentido, porque si vas a hervirla en casa, ¿por qué no la compras pasteurizada directamente? Además, es peligroso, porque en tu cocina te puedes equivocar, no controlas bien la temperatura de ebullición o la de la nevera", ha subrayado Blay.
Motivos económicos y nutricionales
Los defensores de la vuelta a la comercialización de la leche cruda defienden que,
al no ser tratada, el lácteo conserva mejor el sabor y más nutrientes. Además, explican que es una nueva salida para los ganaderos en un sector convulso en el que la caída de los precios puede poner en riesgo la sostenibilidad de las explotaciones.
"Más allá de que haya polémicas con los precios y de que, por supuesto, quiero que los ganaderos puedan vender su leche,
desde el punto de vista sanitario es un error, por muchos controles que se hagan y aunque se extremen las medidas higiénicas de las mamas de la vaca. Además, me parece que es una moda, y es muy contraproducente, porque también hay productores que venden leche fresca pasteurizada, con las mismas propiedades pero con menos microorganismos", explica Fernández.
"Esto empezó a ponerse de moda en Inglaterra", secunda la coordinadora del Grupo de Trabajo de Nutrición SEMG, "y ya entonces se advirtió de su peligro. Y allí mismo hubo un caso en el que más de sesenta personas se vieron afectadas" por microorganismos transmitidos por la leche, explica.
"Es verdad que no tiene el mismo sabor, pero la leche de tetrabrik tiene el máximo grado de seguridad y pierde muy pocos nutrientes al ser pasteurizada. Así que,
por muchas razones económicas que pueda haber, creo que las sanitarias deben estar por encima. No conozco en profundidad la normativa, pero no me parece muy acertada", concluye Fernández.
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