Theresa May, primera ministra del Reino Unido.
El agujero de 22.000 millones de libras (unos 2.400 millones de euros) anuales al que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) está llevando a sus dirigentes a tomar unas medidas tan desesperadas como discriminatorias, que ponen en peligro la esencia misma del sistema. La última ocurrencia del Gobierno es crear una suerte de brigadas hospitalarias que controlen el gasto que hacen los extranjeros de los servicios de salud, según apunta el diario
The Telegraph.
El mismo día en que se conocía el resultado del Brexit, sus defensores
desmontaban una de sus propias mentiras, convertida en eslogan del sí, basada en recuperar 350 millones de libras (unos 389 millones de euros) semanales para destinarlos al NHS. Tras acabar con ese mito, el Gobierno no ha parado de buscar la forma de culpar a los inmigrantes del déficit que padece el NHS.
Con la excusa de atacar el
‘turismo sanitario’, el Reino Unido ha puesto el foco hasta en las extranjeras embarazadas. La polémica ha saltado por la intención del grupo de hospitales St Georges, dependientes del NHS, de
exigir la documentación a las inmigrantes que quieran acceder a los servicios de maternidad. Esta propuesta deja fuera a las mujeres que vayan al hospital con una urgencia.
Estos controles se sumarían a las brigadas propuestas para vigilar el gasto de los extranjeros. Una medida que se fundamenta en el argumento de cuadrar las cuentas entre lo que dan y reciben los países en el intercambio de cuidados médicos de los ciudadanos. Es decir: los nacionales de un determinado país que Reino Unido atiende y el número de británicos que ese país acoge y admite en su servicio de salud.
Un saldo en el que España paga más que cobra, dada la gran cantidad de británicos que viven en nuestro país.
Los polémicos 10.000 millones de libras
Ante los problemas financieros que enfrenta el NHS,
Philip Hammond, ministro de Hacienda británico, prometió a mediados de octubre destinar
10.000 millones de libras (unos 11.100 millones de euros) extra al año para tapar el agujero.
Esta medida no ha contentado a todo el mundo. El Comité de Sanidad (Health Committee), un órgano parlamentario de control del ministerio de Salud,
ha enviado una carta al ministro de Hacienda en la que cuestiona esta medida. Argumenta que este aumento del gasto para el NHS da “la falsa impresión de que se inunda al NHS de dinero” y que el gobierno la asume como “que ha dado al NHS lo que pide”.
Además, critica que este incremento de dinero se haga
a expensas de programas de salud pública y de educación para la salud. Sin embargo, este intercambio de partidas no es lo más preocupante, sino “las reducciones del gasto social de los últimos años”, según apunta la misiva.
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