La vacuna no es obligatoria en EEUU.
El
condado de Rockland, en Nueva York, apenas 60 kilómetros al norte de la
Gran Manzana, ha prohibido por ley que los
niños que no estén vacunados contra el
sarampión acudan a
cualquier lugar de uso público.
La decisión se ha tomado tras decretarse el estado de emergencia este martes a raíz de un brote de sarampión que comenzó el pasado mes de septiembre. En una declaración pública de su director general que recoge
la NBC,
Ed Day explica que “a partir de la medianoche del miércoles 27 de marzo, cualquier persona menor de 18 años que no haya sido vacunada contra el sarampión será excluida de lugares públicos hasta que este
decreto expire en 30 días o hasta que reciba la vacuna".
Las multas a quien se salte la norma van desde lo 400 dólares a los seis meses de cárcel
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Eso significa que los menores de edad no podrán ir al colegio, pero tampoco entrar en tiendas, ir a la iglesia o subir a
cualquier medio de transporte público. Y los responsables serán los padres, por permitirlo; no irán pidiendo la documentación a cada persona por la calle, sino que sancionarán a aquellos que se hayan saltado la norma con carácter retroactivo.
Y las multas no son pequeñas: desde 400 dólares hasta seis meses de cárcel.
El condado de Rockland asegura que no obligará a nadie a vacunarse, pero sí sancionará a los padres por ir contra la ley.
Se trata de uno de los condados donde la presencia de una comunidad judía ultraortodoxa hace que sean muchos los
jóvenes sin vacunar por motivos religiosos. Por eso están hablando con los rabinos para que intercedan en la causa.
Entre 4 y 18 años
Para el
doctor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas, "lo que han hecho es recrear el viejo
concepto de cuarentena. Es un dispositivo para ayudar a poner fin al brote, no es un castigo. Está diseñado para interrumpir la transmisión y proteger a los más vulnerables". Hasta este martes se habían confirmado 153 casos de sarampión y casi la mitad de los casos tenían entre 4 y 18 años.
Las
autoridades médicas han aplaudido la medida tomada por este condado. Cheryl Healton, decana de la
Facultad de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York, asegura que “ésta es una verdadera emergencia y tiene el potencial de ser aún más problemática. Creo que las personas en
Estados Unidos lamentarán el día en el que dieron la espalda a las vacunas”.
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