Francisco Amaya
Las
agresiones al personal sanitario representan, aproximadamente, el diez por ciento de todas las que se producen en los
centros penitenciarios. Así lo afirma
Francisco Amaya, médico de profesión y responsable del área sanitaria de CSIF Prisiones. Los
internos más conflictivos son los que presentan problemas de
drogadicción y pacientes psiquiátricos, señala.
"Las cifras se disparan cuando hablamos de
insultos, amenazas e intentos de coacción", señala Amaya, que antes de definir los dos perfiles que caracterizan al agresor o a
quienes amenazan, matiza que "la inmensa mayoría de los internados en prisión muestran respeto y consideración hacia el
personal médico, de Enfermería y auxiliares de clínica".
Entre los internos más conflictivos, destacan los que "presentan
trasfondo de drogadicción, con carencias de control de impulsos y bajo nivel de frustración", explica el representante de CSIF, que añade: "Son grandes
demandadores de psicótropos que no aceptan que se le prescriba medicación para
deshabituación reglada siquiera. Exigen, igual que hacen en la calle, su Trankimazín o su Tranxilium".
Internos con problemas psiquiátricos
El otro grupo, advierte Amaya, lo integran los
pacientes psiquiátricos. "Cada vez son más numerosos
"No disponemos de psiquiatra entre nuestro personal y las decisiones las debemos tomar médicos de Atención Primaria"
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en prisión. Estos pacientes presentan en las fases de agudización, las mismas actitudes y comportamientos que le son propios a sus patologías diagnosticadas. En bastantes ocasiones estamos hablando de
psicosis, con sus diferentes filiaciones acompañantes", detalla.
"Las agresiones en sí mismas no difieren de las que se producen en una
Unidad de Psiquiatría de un centro hospitalario. Pero la
respuesta que se puede dar sí está condicionada por el medio en que se producen, una prisión", lamenta Amaya, que enumera las carencias: "
No disponemos de psiquiatra entre nuestro personal y las decisiones las debemos tomar
médicos de Atención Primaria, con mucha experiencia en este tipo de enfermos, pero no psiquiatras titulados".
El entorno en el que trabajan, además, es complicado. "No todo el mundo entiende que determinados comportamientos de alguien se deben a una patología y no a una conducta provocadora
per se".
Las agresiones de pastilleros
En las cárceles, a los agresores por exigencia de psicotrópicos se les conoce como "pastilleros" y las caracterísitcas de las agresiones nos variopintas, según señala Amaya.
Para el personal sanitario de las cárceles españolas, es común
recibir amenazas del tipo: "Le voy a
Los profesionales sanitarios reciben amenazas del tipo: "Tú no eres nadie para cambiarme el tratamiento que traigo"
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decir a mi abogado que se niega a darme mi tratamiento" cuando se trata de una medicación conseguida cuando el preso "estaba en libertad,
amenazando a su médico de cabecera".
"Tú no eres nadie para cambiarme el tratamiento que traigo" o "te voy a denunciar al
Juez de Vigilancia" también son otras de las coacciones que tienen que soportar los
médicos y enfermeros que trabajan en prisiones. "Lo inquietante es que es frecuente que parte de tu tiempo de trabajo lo debas dedicar a emitir informes a determinados juzgados, justificando tus actuaciones ante este tipo de denuncias de manipulación. Juzgados que han ordenado el ingreso en prisión de un interno que debería estar en una
Unidad psiquiátrica y no en la cárcel, aunque el propio juzgado lo reconozca", lamenta Amaya, que añade:
"No hay otro lugar para determinadas personas que delinquen".
Dónde agreden a los profesionales sanitarios
Entre los lugares en los que más agresiones se producen están el Módulo de Aislamiento y el Módulo
"Actualmente en prisiones los psicólogos escasos que hay trabajan para clasificación de internos básicamente"
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de Enfermería. "En ambos espacios las agresiones son de carácter físico, con
patadas en el abdomen cuando realizas una cura o intentos de mordedura o puñetazos", lamenta Amaya, que cree que es posible adoptar
ciertas medidas para reducir los actos violentos.
"Es necesario tener un personal funcionario de vigilancia suficiente.
Hay una falta alarmante de funcionarios en la actualidad", señala el representante de CSIF, que pide una
mayor presencia de médicos, enfermeros y auxiliares.
Además, también demanda la presencia de psiquiatras en los centros penitenciarios, así como la c
ontratación de psicólogos clínicos. "Actualmente en prisiones los psicólogos escasos que hay trabajan para clasificación de internos básicamente", señala Amaya, quien cree que habría que reducir el número de internos en los centros penitenciarios.
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