Varias personas en una calle de Madrid.
El
fin de las mascarillas al aire libre ya tiene fecha: 26 de junio. A partir de entonces, este elemento de
protección contra el Covid-19, convertido desde hace meses en un complemento diario, dejará de ser obligatorio en espacios abiertos, tal y como anunciaba este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ante este escenario, profesionales de
Medicina Preventiva y Salud Pública, en conversación con
Redacción Médica, analizan la
medida que determinará el futuro de la
protección contra el Covid-19 en los próximos días.
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En este escenario,
Carlos Alberto Arenas, gerente del área IX de Salud de la Región de Murcia; vicepresidente de la Fundación Economía y Salud; y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, señala que está
"a favor de la medida de Sánchez”. Arenas, además, afirma que
“nunca” se debió usar la mascarilla en espacios abiertos.
Respecto a la
relajación del uso de la mascarilla con una población inmunizada de un 70 por ciento y una incidencia acumulada de 25 casos, como lo han sugerido expertos de
Epidemiología, Arenas argumenta que “la mayoría de la población de
más de 40 años ya está vacunada y eso hace que los casos graves y que aquellos que necesiten ingresos hayan bajado muchísimo. Además, se prevé que sigan a la baja. Por esto, asegura:
"Me parece razonable esta medida”.
Al ser consultado respecto a la cultura que existe en España sobre respetar el
distanciamiento social, el experto señala que “abogaría porque la protección solamente se use en
espacios cerrados y en concentraciones de
mucha gente en espacios abiertos. También lo tienen que usar las
personas que aún no estén vacunadas", detalla.
Fernando Rodríguez Artalejo, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, coincide con Arenas y considera que estamos en un momento apropiado para
quitarnos la protección. “En principio esta determinación es
razonable al igual que lo están haciendo en otros países de
Europa”, argumenta.
“El
riesgo de contagio es muy bajo a no ser que uno se aproxime a otras personas. Lo fundamental para esta aplicar esta medida no es conseguir la
inmunidad de rebaño que ya veremos cuándo y cómo la conseguiremos. Lo importante es tener a la
población vulnerable vacunada y para esa fecha que propone el Gobierno la mayoría de estas personas estarán
protegidas” explica Rodríguez.
Medida precipitada
Un argumento distinto tiene
José Antonio Mirón Canelo, experto en
gestión sanitaria y profesor titular de la Universidad de Salamanca. Señala que la medida del Gobierno es “
precipitada” al no existir una suficiente
cobertura vacunal en el país.
“Hasta que no se llegue al
70 por ciento de la cobertura vacunal, que son 33 millones con dos dosis o dosis completas, según la
vacuna, no se debe
incitar o promocionar que se quite la
mascarilla. En cualquier caso, la gente ya se la quita y el
distanciamiento social no se cumple suficientemente para evitar casos”, argumenta Mirón.
El especialista advierte que “si nos adelantamos tendremos nuevas
ondas epidémicas”. Por esta razón, el experto en gestión sanitaria llama a la
“tranquilidad” y a “tener paciencia”. “Lo que se debe promocionar es la calma en la población y seguir con las medidas preventivas", sentencia.
'Sí' a eliminarla cerca de playas y piscinas
Los
médicos ven bien la eliminación de la mascarilla en sitios abiertos, como por ejemplo cerca de piscinas y playas donde se ha demostrado
"que la transmisión es más baja", aunque piden cautela.
"El virus sigue circulando entre nosotros", advierte en este sentido Manuela García, vicepresidenta de la Organización Médica Colegial (OMC), "preocupada" ante la cierta liberalización del uso de la mascarilla. Como principal motivo esgrimen el "indíce de vacunación" con el que cuenta en estos momentos España, el cual, "no es lo suficientemente elevado" como para poder alcanzar, al menos de momento la inmunidad de 'rebaño'.
Por ello, son partidarios de mantener esta protección obligatoria en zonas interiores, donde se ha demostrado que
"hay una mayor cantidad de aerosoles capaces de propagar el virus" como el transporte público, los cines, los teatros...
Este mismo temor es compartido por Enfermería, quien advierte que, si se da este importante paso, tenemos que tener "más cuidado todavía" en cualquier situación que pueda suponer un nuevo contagio. "Si han decidido eliminar la mascarilla al aire libre, será porque hay evidencia científica que lo avalen", explica
María José García Alumbreros, portavoz y secretaria general técnica del Sindicato de Enfermería (Satse).
"Como profesionales de Enfermería que somos,
dar ese paso siempre supone un riesgo al que tememos", reconoce, apelando a la responsabilidad individual: "Tenemos que estar muy vigilantes para
no dar pasos atrás ahora que estamos teniendo unos datos epidemiológicos que comienzan a ser esperanzadores".
En esta misma línea, las enfermeras expertas en salud pública del
Consejo General de Enfermería opinan que es posible retirar la obligatoriedad de la mascarilla en espacios abiertos, pero "siempre que se pueda respetar la distancia social". La profesión se muestra prudente e incide en que los ciudadanos deben portar siempre la mascarilla cuando salgan de casa. "Esa es la norma general. Pueden prescindir de ella si las condiciones lo permiten:
exteriores donde se pueda respetar la distancia social", añaden.
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