Imagen microscópica de la viruela del mono.
La
viruela del mono se ha convertido en uno de los nuevos puntos de atención para la salud pública, después de que la
Comunidad de Madrid haya confirmado los s
iete primeros casos diagnosticados en España, mientras que mantiene en estudio otras 23 posibles infecciones que están pendientes de validación. Una realidad que se ha repetido también en otros países del entorno como
Reino Unido Portugal, Estados Unidos o Canadá.
La
entrada en escena de esta enfermedad ha llevado al
Comité Asesor de Vacunas de la
Asociación Española de Pediatría a elaborar un manual para aclarar las dudas sobre cómo se transmite generalmente, cuáles son sus principales síntomas o qué perfil de la población es el que puede terminar desencadenando un cuadro más grave si se contagia.
¿Qué es la viruela del mono?
La viruela del mono es una
enfermedad viral zoonótica propia de las zonas de
África central y occidental, aunque ocasionalmente acaba ampliando su transmisión a otros países del mundo. Se detectó por primera vez en el año
1958 en un centro de investigación con animales de Dinamarca, aunque el primer caso documentado en humanos no se registró hasta
1970. Se trataba de un niño de 9 años de la
República Democrática del Congo que no se había vacunado contra la viruela convencional.
La comunidad científica ha enclavado esta enfermedad en la familia
Poxviridae y en el género
Orthopoxvirus. Así, comparte esta categoría con otros virus de la viruela como
el vaccinia que se utiliza para la vacuna o el de la viruela bovina. Hasta la fecha se han encontrado dos ramas genéticas diferentes. Una corresponde al Congo y es
más virulenta y transmisible, mientras que la segunda se ha detectado en África occidental.
¿Dónde hay casos de viruela del mono?
La mayor parte de los casos reportados de viruela del mono se han identificado en países de la zona central y occidental de África. Es el caso d
e Benín, Camerún, la República Centroafricana, Gabón, Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, la República del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur. Aunque también se han localizado positivos en
Estados Unidos, Israel, Singapur o Reino Unido tras el viaje de personas afectadas.
En el territorio británico se han identificado este año al menos
9 contagios. El primero se reportó el 7 de mayo, como resultado del viaje de un individuo procedente de Nigeria, donde ya se habían producido brotes. En los diez días posteriores se fueron desencadenando lo demás, aunque no en todos los casos hubo una relación directa entre ellos.
¿Cómo se transmite la viruela del mono?
Los especialistas en Vacunología han aclarado que la transmisión de la viruela del mono se produce cuando
“una persona entra en contacto con el virus desde otra persona, un animal portador o con materiales contaminados”. Esta situación puede darse a través de la piel dañada, el tracto respiratorio o las mucosas (ojos, nariz, boca y genital).
Los expertos han aclarado que la transmisión de animales a humanos puede producirse por
mordeduras, arañazos, contactos con carne de animales silvestres o fluidos corporales. E incluso se puede producir un contagio si se tiene contacto con algún objeto contaminado como puede ser la ropa de cama.
En el caso de la transmisión entre personas, los vacunólogos han apuntado a que el principal camino es a través de
gotitas respiratorias de gran tamaño, lo que requiere un “contacto cercano y prolongado”. El contacto de fluidos corporales o mucosas o la transmisión desde la placenta de una mujer infectada al feto son otras de las vías. “La cadena de transmisión más extensa documentada incluye 6 infecciones sucesivas, por lo qu
e se estima que la transmisión persona a persona no es muy eficaz”, han concluido.
Los síntomas de la viruela del mono
El Comité Asesor de Vacunas también ha aclarado los
síntomas principales que produce la viruela del mono que cumple una fase de tres periodos de manifestaciones clínicas. El primer es la
“incubación” y puede durar un tiempo de entre
5 y 21 días desde que se produce el contacto con el virus, sin que tenga que aparecer ningún tipo de efecto.
La segunda fase, denominada como “
invasión”, puede prolongarse hasta 5 días, en los que los pacientes protagonizan síntomas como la
fiebre, las cefaleas, el cansancio o las linfadenopatías. Mientras que el tercer periodo “exantemático” se puede prolongar en un espacio de uno a tres días desde el arranque de la fiebre. Es aquí cuando se producen lesiones como eritemas, pápulas versículas y finalmente
pústulas. Pueden concentrarse en la cara, las extremidades y en las mucosas y conjuntivas.
La principal duda de la comunidad científica es si hay personas que pueden infectarse sin llegar a manifestar ningún signo de la enfermedad.
“Se cree que hay infecciones asintomáticas, aunque no se ha determinado en qué magnitud”, han expresado.
El pronóstico de la enfermedad es de una d
uración de entre 2 y 4 semana, aunque puede derivar en complicaciones como las
sobreinfecciones bacterianas, la neumonía, la sepsis o la encefalitis. Además, la afectación ocular puede ocasionar un daño corneal permanente o
ceguera. Los casos más graves ocurren generalmente entre niños y jóvenes, ya que las personas de entre 40 y 50 años se vacunaron contra la viruela y conservan cierta protección.
“La viruela del mono es una enfermedad seria, potencialmente grave. Provoca síntomas que pueden ser intensos e incapacitantes. En regiones de África sin acceso a los cuidados sanitarios ha mostrado cifras
letalidad del 1-10 por ciento, sobre todo en personas jóvenes y niños”, han expuesto.
¿Cómo prevenir la viruela del mono?
Para evitar llegar a este escenario los vacunólogos han publicado una serie de pautas que pueden ayudar a prevenir una posible infección de la viruela del mono. La principal es
evitar el contacto con animales que puedan portar el virus, así como con los objetos y materiales que hayan estado en contacto con ellos.
La
higiene de manos con jabón y gel hidroalcohólico es una de las principales recomendaciones a nivel personal. Mientras que en el área de salud pública, se requiere un aislamiento de los pacientes, el
uso de equipos de protección personal y el rastro de los contactos.
Tratamiento para la viruela del mono
La vacuna es otra de las recomendaciones de los expertos, aunque
el modelo original contra la viruela ya no está disponible en el mundo. Sin embargo sí que se han desarrollados nuevas alternativas basadas en el virus vaccinia con una disponibilidad limitada. “No hay vacunas específicamente dirigidas a la viruela del mono, aunque las de la
viruela humana de tercera generación pueden proporcionar alguna protección”, han apuntado.
El regulador de Estados Unidos ya aprobó en 2019 el uso de la vacuna de segunda generación
ACAM2000 que se administra por vía percutánea con una única dosis, aunque su uso se limita generalmente a personal de
laboratorios de alto riesgo y unidades militares. Mientras que hay otros proyectos en marcha como la
Aventis Pasteur Smallpox Vaccine (APSV) que utiliza la misma técnica.
Paralelamente, se ha desarrollado también una tercera generación de vacunas desarrollada por
Bavarian Nordic. Aunque solo está autorizada para personas
mayores de 18 años de edad, ya que no hay datos suficientes en los ensayos sobre
población pediátrica. Se administra en dos dosis por vía subcutánea con 4 semanas de intervalo.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.