Theresa May, primera ministra de Reino Unido.
El gobierno británico ha esbozado su plan sobre la política de inmigración que plantea aplicar una vez se consume la salida de
Reino Unido de la Unión Europea tras el
brexit. Según
el borrador del plan sobre política migratoria que publica en exclusiva el diario
The Guardian, Reino Unido plantea restricciones a los trabajadores menos cualificados, pero excluye a los más cualificados.
Este borrador indica que aquellos trabajadores que sean altamente cualificados, grupo en el que se incluirían los sanitarios, y que tengan
un contrato de trabajo de más de 12 meses tendrán garantizado un permiso de entre tres y cinco años. Aquellos trabajadores con baja cualificación tendrán un contrato de dos años como máximo.
El borrador indica que de cara al futuro y para nuevos inmigrantes "el Gobierno tendrá en cuenta
las necesidades sociales y económicas del país en vista a la inmigración europea antes de dejar esta decisión en manos de quienes quieren venir al país y de los empleados".
Además, apunta que animará a los empleadores a
"cubrir sus necesidades de mano de obra residente". Esta decisión se motiva en que el país tenga unas "buenas competencias domésticas para construir una economía fuerte y competitiva".
Consciente de la dependencia de los sanitarios europeos para su sistema de salud, el Gobierno británico ya
había anunciado que sí podrían mantener su estatus en Reino Unido.
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