Javier Barbado. Madrid
Los médicos de familia que realizan guardias han podido perder, según la comunidad autónoma en la que trabajen e incluso el centro en el que lo hagan, hasta 20.000 euros brutos (sin deducción) al año entre 2009 y 2013, según los datos del
último informe presentado por la Vocalía de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Granada, que ostenta Vicente Matas, en la Asamblea correspondiente de la Organización Médica Colegial (OMC) celebrada, en esta ocasión, en el Colegio de Médicos de Madrid.
Vicente Mata, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Granada; Josep Fumadó, vocal de Atención Primaria Rural de la OMC; y Hermenegildo Marcos, vocal de Atención Primaria Rural de Zamora, en la Asamblea.
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Para llegar a acumular tal pérdida, el facultativo del primer nivel asistencial que hace guardias se habría visto afectado por varios recortes adicionales, algo que ha sucedido “en muchos casos” según el propio Matas: por un lado, las pérdidas directas en retribución, que oscilan entre los 1.860 euros y los 10.905 euros al año, según el perfil del profesional; por otro, la reducción en el número de guardias que puede llevar a cabo (con una guardia menos al mes –unas 20 horas de media–, la pérdida varía entre un mínimo de 4.152 euros anuales y un máximo de 6.727 euros al año); y, en tercer lugar, para cumplimentar las 37,5 horas semanales de la nueva jornada ordinaria de trabajo, en algunas comunidades autónomas se les está dejando de pagar a los médicos diez horas de guardia, recorte muy dispar en función de cada autonomía (desde un mínimo de casi 2.000 euros al año menos hasta un máximo de más de 3.000).
Si se acumulan todas las circunstancias anteriores, los médicos de Atención Primaria que hacen guardias sufrirían una merma en su poder adquisitivo “que supera ampliamente el 35 por ciento entre los años 2009 y 2013 lo cual, traducido a euros, fácilmente puede llegar hasta pérdidas de más de 20.000 euros en muchos casos”, se ratifica en el informe.
En cualquier caso, estos profesionales han experimentado una pérdida directa que varía entre los 1.860 euros al año (3 por ciento) y los 10.905 euros anuales (14 por ciento), a lo que se sumarían el aumento de impuestos indirectos y la inflación.
Auditorio asistente a la Asamblea, en esta ocasión en la Sala Severo Ochoa del Colegio de Médicos de Madrid.
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En cuanto a los perfiles del médico profesional que se han tenido en cuenta, se trata de cuatro: el facultativo que inicia su actividad laboral en Atención Primaria como interino eventual o sustituto (con 30 o más años de edad), tiene reconocido un trienio, sin nivel de carrera profesional retribuido y sin dedicación exclusiva al servicio de salud con posibilidad de hacer guardias (tipo 1); el médico que comienza a ejercer en Primaria con las mismas condiciones que el anterior salvo la dedicación exclusiva, en este caso, al servicio de salud regional (tipo 2); el facultativo con 40 o más años de edad que es propietario de plaza, posee trienios reconocidos y el segundo nivel de carrera profesional y, además, con dedicación exclusiva a la sanidad pública y la posibilidad de hacer guardias (tipo 3); y el médico en la última etapa de su trayectoria profesional (con 55 o más años de edad), propietario de plaza, con diez trienios reconocidos y el cuarto nivel retribuido de carrera profesional, con dedicación exclusiva a la sanidad pública y la posibilidad de hacer guardias (tipo 4).
Pérdida de salario en el médico que no hace guardias
Pero también los galenos del primer nivel asistencial que no hacen guardias han visto mermado su salario entre 2009 y este año que se han traducido en una pérdida que oscila entre los 1.923 euros al año (3,3 por ciento) y los 11.377 euros anuales (17,06 por ciento), “muy por encima de la pérdida del resto de empleados públicos”. La pérdida directa media oscila entre los 3.021 euros al año (6,7 por ciento) para el médico tipo 1 hasta más de 5.200 euros anuales (7,8 por ciento) para el médico tipo 4. Aunque, para los médicos jóvenes, la pérdida, con los contratos eventuales al 75 por ciento que han proliferado, puede llegar a más de 16.000 euros (más del 35 por ciento).
A estos recortes se deben añadir, además, los aumentos de impuestos directos (IRPF), indirectos (IVA, tasas, IBI…) y la inflación que, entre enero de 2010 y diciembre de 2012 ha llegado hasta el 9,6 por ciento de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE): todo ello añadiría el 12-14 por ciento adicional a la pérdida de poder adquisitivo de estos profesionales. Y ello sin contar el empeoramiento de otras condiciones laborales como, por ejemplo, el aumento de horas (2,5 a la semana) con menor retribución.
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