Francisco Igea, portavoz de Sanidad de Ciudadanos.
La Organización Médica Colegial (OMC) ha dado su
apoyo a una iniciativa de Ciudadanos para eliminar las sujeciones físicas y químicas de enfermos de Alzheimer u otras demencias en el ámbito asistencial, sobre todo en residencias, una práctica que en España
afecta a entre un 20 y 40 por ciento de los pacientes que están internos.
"Es un problema sanitario, médico y humano", ha defendido el secretario general de esta entidad colegial,
Juan Manuel Garrote, que critica esta práctica como
una "pérdida de derechos" que, en ocasiones, se hace sin autorización del paciente o sus familiares.
La iniciativa del partido de
Albert Rivera se ha registrado mediante
una proposición no de Ley en el Congreso que se debatirá el próximo martes en la Comisión de Sanidad, e incluye la puesta en marcha de un
registro nacional de los centros que realizan sujeciones y el número de pacientes afectados, así como un programa para acabar de forma progresiva con esta práctica, con incentivos para las residencias que las eliminen.
El portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario de Ciudadanos,
Francisco Igea, asegura que actualmente en España hay "decenas de miles de personas atados a camas" sin justificación. "Porque
no están atados por su bien o porque así se vayan a caer menos", según Igea, que considera "absolutamente intolerable" esta situación en un Estado de derecho como el español.
"No están atados por su bien o porque así se vayan a caer menos", defiende Igea
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Programa 'Desatar'
El aumento de casos de Alzheimer y otras demencias en España y el complejo abordaje de estos pacientes hace que hasta el 60 por ciento de las personas que están en residencias de mayores presenten una enfermedad neurodegenerativa, según
Antonio Burgueño, de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA).
Esta entidad lleva años denunciando esta situación mediante el programa 'Desatar' y cuenta con un sistema de acreditación para los centros que están libres de sujeciones. Pese a ello, este experto lamenta que en España todavía existe "mucha
opacidad" sobre el verdadero impacto de esta práctica, con datos "sesgados o limitados".
Entre los principales motivos que alegan los centros para recurrir a estas prácticas es por conveniencia organizativa o por proteger a los propios internos. El problema, según Burgueño, es que "se piensa que da tranquilidad a todo el mundo cuando en realidad
destruye a la persona en apenas unos meses".
"Parchear" deficiencias
Además, este experto considera que en realidad se recurre a estas prácticas para "parchear" las deficiencias que tienen los centros, tanto
de personal como de formación a la hora de manejar a estos pacientes.
Algunos centros obligan a sus residentes a permanecer en la cama hasta doce horas por la noche, entre las 8 de la tarde y las 8 de la mañana del día siguiente, y para ello recurren a la sujeción física o al uso de medicamentos, según ha añadido
Rubén Muñiz, de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares con Alzheimer (CEAFA).
Este experto lamenta que las llamadas sujeciones
químicas son más difíciles de controlar ya que la prescripción de los medicamentos siempre se suelen justificar, pero ya han constatado un aumento de consumo de neurolépticos o benzodiacepinas de acción larga cuando "no hay tantos residentes que cumplan con criterios diagnósticos que lo justifiquen".
Muñiz asegura que
todas las sujeciones son prevenibles pero requieren tanto transformaciones arquitectónicas de las residencias como la formación del personal de las residencias para saber manejar a estos residentes. Este proceso puede durar entre seis meses y un año según el centro pero los beneficios son claros, según ha añadido Burgueño. "Hay personas que vuelven a hablar, e incluso bailar", ha aseverado.
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