Los funcionarios con mutualismo asegurado se aferran a la cobertura privada

Los 'hermanos' de Muface están ilesos. Mugeju (que dota de asistencia sanitaria a jueces, fiscales y al resto del personal de la Administración de Justicia) e Isfas (que hace lo propio con las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil) ya tienen adjudicadas sus licitaciones. Y, ahora, durante este mes de enero, ambos modelos se enfrentan al periodo de permutas, en el que los usuarios adscritos a cada concierto (tanto titulares como beneficiarios) pueden cambiarse de la sanidad pública a la privada y viceversa. En su caso, al contrario que en el de Muface, ya hay una seguridad: tendrán asistencia sanitaria garantizada en el modelo privado durante, al menos, dos años más. "Hemos sobrevivido a la crisis de Muface, por eso no vamos a tener una oleada masiva de permutas al SNS", coinciden varios mutualistas de Mugeju e Isfas consultados por este periódico. 

"Es cierto que ha habido mucho miedo a que la situación, la crisis, de Muface se replicase. Pero Mugeju e Isfas son dos procesos independientes". Así lo señala Javier Jordán, presidente nacional del área de Justicia de CSIF, afiliado a la mutualidad judicial desde hace años. En estos días, al igual que los 92.000 mutualistas que comprenden la cartera del modelo, se enfrenta a una decisión: cambiar su asistencia sanitaria de la sanidad privada a la pública. Y en su caso, lo tiene claro: "Seguiré en la privada".

Jordán, al igual que otros 35.000 mutualistas -cerca de un tercio de los que aglutina el modelo- va a tener que hacer un cambio distinto. Él estaba, hasta apenas dos meses, en una de las aseguradoras que ha abandonado Mugeju. "Nuestro caso es distinto al de Muface. A pesar de la salida de algunas empresas, seguimos teniendo sanidad privada. Lo único que vamos a hacer durante este mes de enero es cambiarnos de aseguradora". 

El caso de Isfas es similar. Francisco Durán, vicepresidente de la Unión de Militares de Tropa (UMT), se une a Jordan. "No vamos a cambiarnos de la sanidad privada a la pública. Si acaso, habrá algunas salidas muy puntuales". Así lo afirma haciendo hincapié en una de las que, para él, es una de las claves por las que el concierto de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil precisa de estas entidades. "Más del 60 por ciento de los mutualistas y beneficiarios estamos distribuidos fuera de grandes ciudades donde la sanidad pública es muy deficiente o está colapsada", recalca. En este sentido, además, hace alusión a los "escasos recursos" de los que dice que padece la sanidad pública en los municipios alejados de las ciudades. 

"Hay que tener en cuenta que muchas unidades están diseminadas a lo largo de todo el territorio español. Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha...", remata Durán. De hecho, el vicepresidente de la UMT también hace alusión al número de mutualistas y beneficiarios aglutinados en Isfas: 538.773 a 1 de octubre de 2024. "Casi medio millón de personas vamos a tener nuestra asistencia sanitaria asegurada otros dos años. No vamos a cambiarnos a la pública", subraya.

El periodo de permutas de Isfas y Mugeju

Isfas y Mugeju sufrieron, el pasado noviembre, la incertidumbre derivada de la crisis de Muface. El 5 de noviembre, las aseguradoras Asisa, Adeslas y DKV dejaron desierto el proceso de licitación del 'hermano' mayor. ¿Pasaría lo mismo con los otros dos conciertos? Ambas mutualidades cerraban su plazo de presentación de licitaciones el 8 de noviembre, tres días después. Y, una de ellas, se convirtió en una de las víctimas de la mayor crisis que ha sufrido el mutualismo administrativo en años. 

Ese mismo viernes 8 de noviembre, Mugeju perdió a dos aseguradoras. Sanitas y DKV -que ya lo había adelantado tres días antes- abandonaron el concierto. Días después, Mapfre adelantó a este periódico que también abandonaba el modelo judicial. Así, en apenas unos días, Mugeju perdió a la mitad de sus aseguradoras. Solo quedaban Asisa, Adeslas y Nueva Mutua Sanitaria. 

El caso de Isfas se saldó de una forma más simple. Asisa y Adeslas seguirían dotando de asistencia sanitaria a los cerca de 600.000 mutualistas y beneficiarios del modelo. De hecho, fuentes de una de estas entidades explicaron a Redacción Médica que los 'hermanos' de Muface están "mejor dimensionados". Es decir, entre los dos no aglutinan a las 1,53 millones de personas de Muface, sino a un tercio. 

Poco después, el 22 de noviembre, se presentó un recurso contra las licitaciones de ambos modelos que fue admitido por el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc). Sin embargo, esto no hizo más que dilatar los nuevos procesos. A finales de diciembre, el Tacrc desestimó el recurso y todo continuó adelante. 

Ahora Isfas y Mugeju se enfrentan a dos procesos de permutas distintos. Por un lado, la mutualidad de los jueces podrán cambiarse a una de las entidades que ya han dado su 'sí' al modelo (Asisa, Adeslas y Nueva Mutua Sanitaria) o irse al SNS. Además, Mugeju ha añadido un cambio extraordinario de entidad médica. En este caso, será en febrero de 2025. La solicitud se podrá hacer durante ese mes y el cambio será efectivo a partir del 1 de marzo de 2025. Las opciones son las mismas que antes: sistema público de salud, Asisa, Adeslas o Nueva Mutua Sanitaria.

Por su parte, Isfas propone a sus mutualistas una novedad. A partir de la publicación de los catálogos médicos por parte de las aseguradoras -cuya presentación está prevista, como en Mugeju, para el 20 de enero- el concierto propone una novedad. Los usuarios de este modelo tendrán un mes desde dicha publicación para decidir si se cambian de entidad o si prefieren derivar su asistencia sanitaria al SNS. 

Los 'hermanos' de Muface ya pueden cantar victoria. Al menos durante dos años. No como la gran mutualidad, que estos días sigue envuelta en una crisis sin precedentes que espera resolverse este 27 de enero, fecha en la que finaliza el plazo para las presentaciones a la nueva licitación del modelo. Mientras, el tiempo sigue pasando, y el concierto sigue siendo un enigma.