Anna García-Altés, presidenta de la Asociación de Economía de la Salud (AES).
Administrar los
recursos humanos disponibles en sanidad va a ser la clave para el mantenimiento del Sistema Nacional de Salud (SNS). Un perfil que podría resultar esencial es el del economista de salud, ya que es especialista en la planificación y sabe cómo
administrar eficientemente la salud en una sociedad, teniendo en cuenta las limitaciones de recursos disponibles, aunque para ello será
imprescindible un consenso político y la "reforma integral de la Administración Pública".
"Los recursos humanos en sanidad deben
estar en la agenda política y abordarse con
perspectiva de largo plazo promoviendo pactos en los parlamentos y consenso político para buscar soluciones a todos estos desafíos", indica Anna García-Altés, presidenta de la
Asociación de Economía de la Salud (AES).
De hecho, la especialista se apoya en el informe presentado por la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas) y valora que es "un reto" atraer a un número suficiente de graduados en Medicina para
cubrir las plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria. Además, explica que el
déficit de enfermeras en España se debe a unas "condiciones laborales precarias y a una falta de desarrollo profesional que han provocado episodios de elevada migración internacional y
abandono de la profesión".
Por todo ello, hay que
apostar por soluciones concretas y debe empezarse desde el inicio. "El acceso a la carrera de Medicina debería ir
más allá de la simple nota de corte actual para primar el perfil humano y vocacional. El sistema MIR de formación de especialistas en España ha dado buenos resultados, aunque muestra evidentes
signos de agotamiento, se necesita abordar
estrategias de formación continua", asegura la economista.
Sin embargo, para
sacar el máximo partido a los recursos con los que cuenta la sanidad española no se puede olvidar a otro actor:
la privada. Para García-Altés, es más necesaria que nunca una
colaboración efectiva entre el sector público y el privado, ya que se estima que cerca del
40 por ciento de los médicos trabajan al mismo tiempo en los dos.
"Algunos economistas de la salud temen que la sanidad pública quede al servicio de la población con ingresos más bajos y la privada para
los que tienen más capacidad de pago. Para solucionar la problemática de la sanidad española, lo que hace falta es una
reforma integral de la Administración Pública en España. No debemos temer al crecimiento del sector privado, siempre y cuando esté correctamente
regulado por el Gobierno", expone la presidenta de AES.
Papel del economista de la salud en la sostenibilidad
Aunque este profesional no solo tiene
competencias en la planificación de recursos, también es clave en el conocimiento de: la producción de los servicios sanitarios; la demanda y la oferta de servicios de salud; la
evaluación económica (análisis coste-efectividad); los seguros de salud; la equidad y determinantes de la salud; la gestión económica de hospitales; los presupuestos y asignación de recursos; y el análisis comparativo de sistemas sanitarios, entre otros.
Por ejemplo, en los
Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT), su papel principal es en la
evaluación económica (coste-efectividad) de fármacos. "Los modelos que se utilizan
son cada vez más complejos y conviene que personas especializadas como nosotros los llevemos a cabo", sostiene la experta. En definitiva, estos profesionales y
su producción de evidencia científica se postulan como agentes esenciales en diferentes áreas sanitarias para la toma de decisiones.
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