Ómicron gana terreno en España. Su mayor capacidad infecciosa ha hecho que consiga desplazar a la
variante Delta y se espera que, en las próximas semanas, llegue a ser la variante dominante en todo el territorio. Nuevos datos, abren una puerta al optimismo, al confirmar la menor capacidad de esta cepa a provocar
casos graves de la enfermedad e
ingresos clínicos.
Los resultados de un reciente estudio, publicado en la plataforma de preprint
MedRxiv reflejan una
reducción del 80 por ciento en el riesgo de hospitalización en personas contagiadas con la variante sudafricana en comparación con
Delta.
Según los autores de la investigación esto se debería a dos factores. Por un lado, la
menor gravedad de la mutación y por otro
el grado de inmunidad de la población. En España, cerca del 90 por ciento de la población mayor de 12 años ha recibido ya la pauta completa de vacunación frente al Covid-19 y el 84 por ciento de los mayores de 70 años la dosis de refuerzo.
Una vez se constató la relación de Ómicron con el rápido aumento de casos de coronavirus en
Sudáfrica, pasando del
3 al 98 por ciento en una semana, los investigadores se apresuraron a evaluar la gravedad clínica que suponía la infección de esta nueva cepa.
Para ello se analizaron los casos de pacientes infectados con Ómicron entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre y positivos relacionados con Delta detectados entre abril y noviembre de 2021 en este territorio de África.
Ómicron o Delta: ¿cuál es más peligrosa?
Los resultados demostraron que las
personas infectadas con Ómicron tenían
menos probabilidades de ser ingresadas en el hospital en comparación con el resto de positivos analizados.
No obstante, entre las personas que sí tuvieron que ser hospitalizadas, las posibilidades de sufrir enfermedad grave
no difirieron entre las personas infectadas con Ómicron respecto al resto de infectados durante el mismo período de tiempo.
Aquellos que contrajeron la variante sudafricana también mostraron un
menor riesgo de complicaciones al compararlos con los contagiados con la variante Delta.
Estos primeros análisis sugieren, por tanto, un
riesgo reducido de hospitalización entre las personas infectadas con Ómicron en relación al resto de población positiva y un peligro menor de enfermedad grave si se compara con la infección por la variante Delta.
Estudios recientes sugieren una
mayor respuesta inmunitaria en vacunados que contrajeron de nuevo la enfermedad, incluidos aquellos que se contagiaron con estas dos variantes del virus.
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