La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño
La
sanidad se ha quedado fuera del pódium de las mayores inversiones ejecutadas hasta la fecha con cargo a los
fondos europeos de recuperación. Un nuevo informe elaborado por la
Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha revelado que ya se han inyectado
2.313 millones en diferentes proyectos del ámbito de la salud y la protección social de los 6.347 que contempla el programa aprobado por Bruselas. Es decir, se ha movilizado un
36,4 por ciento de lo previsto.
Este nivel de ejecución coloca a
la sanidad en cuarta posición por detrás de otras áreas a las que ha llegado antes el dinero. La que más fondos ha canalizado entre 2021 y 2022 ha sido
educación que ya ha recibido 3.881 millones de euros de una partida dotada con un presupuesto de 8.399 millones, lo que representa el
46,2 por ciento del total. Los datos están condicionados por el gran despliegue económico para investigación y tecnología.
El boletín de Fedea ha situado en segunda posición a los proyectos de
transición ecológica para los cuales ya se han movilizado
8.160 millones de los 18.666 que contempla el plan de recuperación, lo que supone un
43,7 por ciento del presupuesto total aceptado por la Comisión Europea. Buena parte ha llegado para impulsar
zonas de bajas emisiones, transporte urbano o rehabilitación de viviendas.
En la tercera posición de la tabla se encuentran las ayudas dirigidas a
sectores profesionales y empresas que cuentan con un nivel de ejecución del
42,4 por ciento. Se han inyectado ya los primeros
3.229 millones de un total de 7.615 que contempla la estrategia europea, especialmente por las partidas que ha recibido tanto la
industria como el
turismo que son las dos actividades a las que primero ha llegado la inyección.
A pesar de que la sanidad ha quedado relegada por la educación, la transición ecológica y las ayudas a empresas, su nivel de ejecución se ha colocado
por encima de la media del conjunto de los fondos europeos que ha sido del 33,6 por ciento. El plan está limitado hasta la fecha por el escaso despliegue en los fondos dirigidos a
infraestructuras ferroviarias (15,1 por ciento),
agua y medio ambiente (15,3 por ciento) o
digitalización y conectividad (24,8 por ciento).
La tecnología sanitaria aventaja a la salud pública
El informe de seguimiento de la crisis del coronavirus de Fedea también ha permitido trazar una radiografía sobre en qué subsectores sanitarios se ha invertido más hasta la fecha gracias a los fondos europeos. Una las partidas que ha salido mejor parada es la dirigida a la
adquisición de equipos de alta tecnología e I+D que ha canalizado ya 868 millones de los 1.282 que contempla el programa. La mayor parte llegaron ya en el 2021 (724). La ejecución ha llegado así al 67,7%, casi el doble que la media general.
Estas cifras contrastan con la inversión que se ha dedicado a otros planes previstos como el
refuerzo de la salud pública y comunitaria. Tras el impacto de la pandemia de Covid-19 apenas se han inyectado
36 millones de los 565 ideados para cubrir esta área. El nivel de ejecución hasta la fecha ha sido de
6,3 por ciento, muy por debajo del resto de partidas principales.
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