Facultativos emigrados de Venezuela analizan las consecuencias de la reelección del presidente

Dayana y Gabriel Guida
De izquierda a derecha, Gabriel Guida y Dayana.


29 jul. 2024 20:50H
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Este domingo han tenido lugar las elecciones nacionales en Venezuela, que acabaron con el triunfo del actual líder, Nicolás Maduro. Una victoria cuestionada por países como España o Estados Unidos, que dudan de los resultados y exigen transparencia en las actas, aunque el Consejo Nacional Electoral otorgara un 51,2 por ciento a Maduro y un 44,2 por ciento a Edmundo González.

Son muchos los profesionales sanitarios que emigran de Venezuela a España para poder tener un mejor futuro y conseguir unas mejores condiciones laborales. Redacción Médica ha contactado con una serie de profesionales sanitarios para conocer cuál es la realidad de la sanidad venezolana y cómo valoran los resultados electorales.

Una enfermera con experiencia en la Sanidad pública


Dayana es enfermera y se trasladó a España en búsqueda de una mejor situación laboral. En Venezuela, trabajó como enfermera intensivista neonatal en el Hospital del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Según ha explicado a Redacción Médica, la sanidad privada y la pública en su país de origen siempre han sido caóticas: “Aquella persona que no tenga recursos económicos puede perder incluso la vida”.

El problema asegura que está en las crisis que sufren los hospitales de la Seguridad Social venezolana, ya que "el dinero que se destina a su gestión no se sabe dónde acaba". Por otro lado, está la sanidad privada, a la que "solo aquellos con dinero pueden asistir".

Respecto al acceso a los medicamentos en su país, Dayana explica que si una persona necesita, por ejemplo, un Paracetamol, solo tiene dos opciones: ir a buscarlo a la frontera con Colombia o con Brasil, ya que hay mucha escasez, o pagar cinco veces lo que se abona por un medicamento en España.

Mientras vivía en Venezuela, para poder seguir adelante, Dayana ejercía como enfermera intensivista neonatal en la pública y en la privada, aparte de trabajar como cuidadora los fines de semana. Debido a la pobreza que rodeaba a su familia, decidió salir de su país en 2017, “el momento en el que tuvieron lugar las primeras guarimbas”, es decir, las barricadas callejeras entre la oposición al Gobierno y los militares de allí.

"Llevo cinco años esperando y todavía no puedo ejercer como enfermera"



De hecho, ejerció como “enfermera de guerra” durante esos acontecimientos, lo que le llevó a ver como “los estudiantes llegaban moribundos de las palizas que les daban los colectivos militares”. Tras trabajar en tres lugares distintos para poder subsistir, pasando por Ecuador, llegó a España en 2019, cuándo comenzó el proceso de homologación de su título por el Ministerio de Universidades: “Llevo 5 años esperando, todavía no puedo ejercer”.

Dayana lamenta que por mucho que quiera, no puede volver al lugar donde nació: “Mi familia depende de mí”. Actualmente, mientras espera que su graduado sea reconocido, trabaja como asistente doméstico. Ella asegura que “la esperanza estaba puesta en estas elecciones para que las nuevas generaciones tuvieran un futuro mejor”.

De Venezuela a la telemedicina


Por su parte, Gabriel Guida es médico y ha estudiado una serie de másteres y formaciones relacionados con la Medicina del Deporte y la gestión sanitaria, entre otros. También es coordinador para Madrid de la Asociación de Médicos Venezolanos en España. Llegó a España en 2019, año durante el que trabajó en ACNUR. Más tarde, ejerció en el área de la telemedicina en Sanitas y en 2022 puso en marcha su proyecto, una empresa de atención médica digital e internacional.

Explica que en su país hay una sanidad privada que funciona muy bien, donde los pacientes tienen acceso a dispositivos como robots y a técnicas muy avanzadas, y una sanidad pública “en la que no se tiene acceso ni a lo más básico”. Estas realidades conviven en un mismo país, "algo muy contradictorio".

"En Venezuela hay una sanidad pública en la que no se tiene acceso ni a lo más básico"



Por ello, “existen los médicos con una gran trayectoria, que trabajan en la privada a un nivel alto, con remuneraciones que están muy bien para la realidad del país”. Por otro lado, el sueldo de un médico público en Venezuela se encuentra “en torno a los 200 euros al mes”.

Guida asegura que al principio el Gobierno venezolano promovía una tendencia de izquierda, socialista e igualitaria, de hecho, indica que a día de hoy su publicidad sigue mostrando todo eso. “Ahora, en Venezuela existe un sistema de vida ultracapitalista”, afirma. “Si tienes dinero, puedes conseguir el medicamento que quieras, si no, las farmacias lo buscan en las afueras”, explica. Hay que tener en cuenta que el precio de los medicamentos en su país es “mucho más elevado que en España”.

Después del resultado electoral, el experto en atención médica digital indica que “es probable que volvamos a vivir una situación similar a la de 2017 con manifestaciones y reyertas”. Para él, cuanto mayor es el conflicto, mayor es la miseria. Aun así, habrá que esperar y ver cómo queda finalmente todo: “En este momento, les toca emigrar a los venezolanos y alcanzar sus metas en otros países, así como lo hicieron los españoles y los europeos en su momento”.

Un quirófano sin funcionar durante 5 meses


Lorena (nombre ficticio) hace cuatro años que consiguió su graduado en Medicina. Actualmente trabaja en una clínica privada en su país de origen. Quiso realizar la especialidad de Cirugía Pediátrica, pero le exigen un año de residencia asistencial previo al postgrado como tal: “Estuve durante ese periodo en un hospital público y fue suficiente para darme cuenta de las condiciones que había”.

En su residencia, como bien indica su especialidad, tenían que operar a una gran cantidad de niños. “En un año, el quirófano no funcionó durante 5 o 6 meses”. Además, cuenta que se encontraba en la última planta y un ascensor no iba, “llegar hasta él era casi imposible”.

"No había ni guantes en el hospital"



No había ni guantes en el hospital. Según narra, los propios profesionales del centro tenían que ir a comprar jeringuillas. “Recuerdo que una vez llegó un paciente de trece años que se cayó de un árbol y necesitaba intubación. No había medios, solo pudimos mandarlo a otro hospital. Ese paciente falleció a la mañana siguiente”, explica. Según afirma, o te vas a España a ejercer o te marchas a otro país: “Estoy pendiente de homologar mi título en España, ya he comenzado los trámites”.

Hasta hace 15 días, Lorena trabajaba en una empresa donde se hacen traslados de ambulancia. Durante esta etapa, pudo ver cómo las tomas de oxígeno eran insuficientes, porque estaban dañadas: “Había pacientes que tenían que esperar sentados en un bloque de cemento con la sonda puesta a que se desocupara una cama”.

 “Va a haber una migración masiva", asegura con contundencia. Para ella, va a ser muy difícil quedarse en su país. “Todos sabemos que las elecciones fueron un fraude total”, asegura. Con lágrimas en los ojos, ella lo tiene claro: “La ola migratoria va a ser mucho más grande que las anteriores”.

Salarios bajos y precarios en Venezuela


Jhon Medina trabaja en Venezuela en una papelería, a la vez que pasa consulta médica a domicilio. Es médico cirujano y hace un año que no ejerce como facultativo en el sector público: “Los salarios son muy bajos, el dinero que ganas no te llega ni para pagar una cesta alimentaria digna”.

Un día, tuvo que llevar a su abuela, con un accidente cerebrovascular, al centro sanitario donde ejerció durante dos años. En el hospital no lo atendieron, pero asegura que consiguió una cama en hospitalización "solo por ser médico". Según describe, había personas esperando durante meses por una cama decente.

"El dinero que ganas en la pública no te llega ni para pagar una cesta alimentaria digna"



“Vengo de un barrio muy humilde, fui criado en barrios populares”, asegura. Para él, es muy doloroso pensar en que no sirve de nada tener los conocimientos en Medicina en Venezuela, ya que en su país no existen las herramientas adecuadas. “Con dinero, en Venezuela, se pueden conseguir muchas cosas”.

Aun así, hay muchos estudios y pruebas que no se pueden hacer en este país. “Teníamos esperanzas de que el Gobierno cambiara”, confiesa. “Ganamos, pero nos han mentido en la cara”. Su hermana, que también es médica, se fue a España a trabajar. Tras lo ocurrido el pasado domingo, Jhon ha perdido las fuerzas que le quedaban: “Ahora más que nunca, me planteo irme a España a trabajar”.
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