La Salud Mental llega a la Administración Sanitaria: "Necesitará recursos"

Cada vez son más las comunidades autónomas que potencian el rango institucional de la salud mental dentro de sus consejerías de Sanidad. Tanto es así que los nuevos gobiernos de Baleares y Canarias han creado una Dirección General de Salud Mental y una Dirección de Salud Mental y Adicciones, respectivamente, mientras que en La Rioja se ha dado a conocer la Subdirección General de Estrategia de Salud Mental y Emocional, encabezada por José Piserra Bolaños.

Desde el Consejo General de la Psicología (COP) valoran como una "buena noticia" que se generen estructuras en salud mental de más alto nivel y que tengan la responsabilidad de tasar esta problemática y dar la adecuada respuesta a la misma, en palabras del vicepresidente primero, José Antonio Luengo. Sin embargo, "las direcciones generales de salud mental, sin incremento de recursos, hace que se queden, a veces, en papel mojado", asegura a Redacción Médica.

Luengo reconoce que "no es lo mismo tener una estructura en las administraciones sanitarias que contemple la salud mental en un alto nivel de jerarquía que no la contemple", aunque apunta que "no suele ser suficiente". El vicepresidente primero del COP señala que "estamos lastrados en salud mental por una carencia de profesionales desde hace más de diez años. Esta es una situación que requiere de voluntad política, añadida a la adecuada planificación de estructuras y departamentos de alto nivel, pero sobre todo hace falta presupuesto".

A pesar de destacar el aumento en once comunidades autónomas de la oferta para el acceso a la especialidad de Psicología Clínica en 2023, alcanzando así las 231 plazas, la cifra continúa siendo "claramente insuficiente. Es imprescindible la buena sintonía entre el Estado y comunidades autónomas de manera que se establezca un plan de choque, que probablemente sea la única solución, para el incremento de una manera significativa", añade Luengo.

Radiografía del rango de salud mental

Andalucía considera una "prioridad" la salud mental para la Consejería de Salud y Consumo, por lo que cuenta con la Dirección General de Atención Sociosanitaria, Salud Mental y Adicciones. Por su parte, la Región de Murcia contempla por el momento la salud mental en una gerencia.

Tanto la Comunidad de Madrid, como Aragón y Asturias estructuran la salud mental en un rango de coordinación. Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental y Adicciones en el primer caso; Unidad de Coordinación Autonómica de Salud Mental, adscrita en la Dirección General de Asistencia Sanitaria en Aragón; y Unidad de Coordinación del Programa Marco de Salud Mental en Asturias.

Por su parte, la coordinación regional de la salud mental en Castilla-La Mancha se incluye en la Dirección General de Atención Sanitaria. En el caso de Cataluña, la Dirección de la Atención a la Salud Mental y Adicciones forma parte de la Dirección General de Planificación e Investigación en Salud. Galicia cuenta con un Servicio de Salud Mental, al igual que Castilla y León, aunque su nomenclatura también recoge la Atención Sociosanitaria y Cuidados Paliativos, dentro de la Dirección Técnica de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria. Por último, es la Dirección de Atención Sociosanitaria la que lidera las políticas de atención a la enfermedad mental en el País Vasco.

Desde el Consejo General de la Psicología se considera "prioritario" que las comunidades autónomas y el Estado "estén coordinados por procesos y aúnen criterios para establecer cuál es el modelo de atención psicológica en Atención Primaria". Luengo hace hincapié en aumentar el número de profesionales en la atención especializada, que detecta el trastorno mental grave, pero también hacerlo de forma preventiva.

Por ello aboga por tejer una red que dé respuesta a las necesidades de la sociedad en entornos "que nunca han sido considerados de una manera formal y estructural como favorecedores del bienestar psicológico", como los centros educativos, los de servicios sociales y el ámbito de la Atención Primaria. Por último, el vicepresidente del COP concluye que las estructuras de salud mental "no suelen tener carácter transversal y sin esa mirada nos estamos quedando a años luz de saber lo que le pasa a la población".