Banderas de la OCDE.
De cara a preparar el escenario para la
próxima reunión ministerial de la OCDE sobre salud, que se celebrará este mes de enero, las
empresas pertenecientes a este organismo han elaborado una serie de recomendaciones a los ministerios competentes. En general, las cuestiones se centran en cómo
aprovechar la salud como clave para la resiliencia económica. Para ello, plantean objetivos como la
creación de valor basada en datos; el poder de la prevención para mejorar la resistencia sanitaria; i
nvertir en innovación para descarbonizar el sistema sanitario; y la creación de asociaciones estratégicas para perseguir objetivos sanitarios comunes.
El documento, elaborado por
Business at OECD (BIAC), recoge las
ideas compartidas durante el Foro de Salud que se celebró el pasado mes de octubre por las empresas del sector privado de la salud. Entre ellas se encuentra la
creación de valor basada en datos sanitarios, la medición y la planificación. Esta medida se ha hecho más latente tras la pandemia del Covid-19, que hizo hincapié en que un
sistema sanitario bien gestionado y eficaz depende de nuestra capacidad de utilizar datos reales para detectar y
gestionar la propagación de enfermedades.
Para gestionar un entorno político propicio que permita desarrollar esta cuestión se necesita, tal y como recoge el documento,
desarrollar políticas sólidas y seguras de gobernanza de datos sanitarios que protejan la privacidad de las personas. Además, es necesario también garantizar un marco normativo propicio y de apoyo, así como dar prioridad a la salud “de hoy y de mañana”. Junto a esto, se destaca la idea de
explorar vías de financiación e incentivos con los ministerios de economía, asuntos digitales e investigación e invertir en ciberseguridad e intercambio de datos para empresas en colaboración con estos mismos ministerios.
Descarbonización en el sector de la salud
Según este informe, la
crisis climática trajo consigo retos polifacéticos que afectan al sector sanitario. Los
riesgos asociados a enfermedades como la malaria, cuya transmisión
aumentará en más de un 50 por ciento, continúan creciendo, según la ONU, debido al cambio climático y al aumento de temperaturas. Se trata de una situación que contribuye, además, en la p
ropagación de enfermedades respiratorias y pulmonares, afectando en primera línea al sector sanitario.
El propio sector de la salud emite
cerca del 5 por ciento de las emisiones mundiales de carbono, lo que equivale a las industrias naviera y aeronáutica. “La sanidad es transversal a todos esos sectores, lo que significa que, aunque no sea necesariamente visible a primera vista, debemos prestar la debida atención a la eficiencia y
sostenibilidad de nuestros sistemas sanitarios”, detalla el documento.
Para conseguir llevar a cabo esta
descarbonización del sistema sanitario, el entorno político propicio parte de dar prioridad a las herramientas sanitarias digitales y a la atención a distancia, como
la telemedicina, la monitorización remota y las aplicaciones digitales, como instrumentos esenciales para reducir significativamente la huella. También es necesario una
colaboración entre los ministerios de medio ambiente, energía, transporte, etc. para desarrollar hojas de ruta nacionales para la transición a una asistencia sanitaria resiliente al clima, sostenible y equitativa. Acelerar la implantación de
hospitales verdes, apoyar el desarrollo de capacidades y conocimientos de mejores prácticas y desarrollar marcos y herramientas de medición adecuados son otras de las premisas.
Asociaciones estratégicas para objetivos sanitarios comunes
Según las empresas de la
OCDE, una narrativa global y coherente hacia la consecución de los objetivos sanitarios mundiales, “puede acelerarse mediante avances muy necesarios a través de
asociaciones público-privadas”. Además, es necesario
implicar a los ministerios de empleo, economía, innovación y sanidad para incentivar enfoques de prevención y vías de innovación que aumenten la resiliencia sanitaria. El
sector privado, además, debe ser incluido co
mo un socio clave, según indica el documento, ya que necesitamos soluciones multipartitas que impliquen a todas las partes, públicas y privadas.
En este sentido, es necesario
desconfinar la sanidad dentro de los gobiernos para definir objetivos y marcos claros sobre la forma en que los ministerios no sanitarios pueden participar en la labor sanitaria. Además, se deben
mantener y reforzar las asociaciones de forma constante y promover la colaboración público-privada. Junto a esto, se destaca la necesidad de establecer ob
jetivos comunes con el sector privado de la salud y promover la cooperación entre gobiernos y dentro de ellos, acorde con las especificaciones del informe.
Prevención para reforzar la resiliencia sanitaria
Las medidas preventivas, como los
estilos de vida saludables, la actividad física, la vacunación y el autocuidado, refuerzan la resiliencia sanitaria. Su empleo de ay
uda a aliviar la carga impuesta al personal sanitario y le permite recuperarse y prestar una asistencia de calidad. En concreto, el documento especifica que la
actividad física, a menudo ignorada, “debería considerarse una
forma legítima y valiosa de medicina”.
Junto a esto, la
inmunización se presenta como elemento primordial a la hora de construir
sistemas más resistentes y sostenibles, y las farmacias comunitarias suponen una valiosa opción que puede resolver muchos problemas sin necesidad de acudir a un médico.
Un entorno propicio que permita el implemento de estas cuestiones se debe centrar, según este documento, en
fomentar el acceso a la actividad física en todos los ministerios y en trabajar con el de Educación, en concreto, para impulsar la alfabetización sanitaria y vacunal.
Además, es necesario
invertir en programas de inmunización a largo plazo y utilizar de forma coherente incentivos e instrumentos de dirección apropiados para reforzar la situación del autocuidado en los sistemas sanitarios nacionales de la OCDE y de otros países. Por último, este organismo recomienda
emplear de manera estratégica instrumentos fiscales como impuestos, reducciones fiscales y subvenciones para fomentar inversiones
que promuevan la adopción de estilos de vida saludables y la actividad física.
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