El director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente.
Reformar el
modelo de financiación autonómica se ha convertido en una de las llaves que puede permitir a
Pedro Sánchez mantenerse en la Moncloa una legislatura más. Algunos de los partidos llamados a facilitar su investidura (ERC, BNG o CC) ya han anticipado
su exigencia de cambiar un sistema con el que se sienten infrafinanciados y que permite, entre otras cosas, sufragar los costes de la sanidad. Sin embargo, esta negociación a marchas forzadas ha despertado escepticismo entre los expertos en la materia.
No creen que pueda materializarse a tiempo y advierten de los riesgos de negociar solo con algunas comunidades.
El director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea),
Ángel de la Fuente, ha explicado a
Redacción Médica las dificultades para elaborar un cambio de tanto calado en el margen que queda antes de que se constituya de nuevo el Congreso de los Diputados. “En poco tiempo, sería muy complicado.
Si la idea es que vaya antes de la investidura no lo veo muy factible, al menos la reforma completa del sistema”, ha apuntado.
El sistema de financiación autonómica lleva sin cambiarse desde el año 2009, a pesar de las críticas repetidas de varias comunidades. En la última legislatura el Gobierno ya intentó buscar una fórmula de consenso. Sin embargo, las
posturas encontradas de dos grandes grupos de regiones por el modelo de reparto en función de la población impidieron cualquier cambio. Solo en 2022 se distribuyeron
111.000 millones a través de este fondo.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, el economista ha advertido sobre los riesgos que representa discutir ahora un cambio con la vista puesta en la investidura y solo con algunas
comunidades concretas como Cataluña, Galicia o Canarias. “No es el marco ideal para negociar el sistema de financiación”, ha expresado de la Fuente, quien aboga por establecer un pacto
“consensuado” y basado en el “interés común”.
¿Cómo afecta la financiación autonómica a la sanidad?
Una de las grandes incógnitas es cómo influirá el cambio de modelo de financiación autonómica en las partidas dirigidas a las políticas sanitarias. Aunque el sistema
no establece una asignación finalista para la sanidad, de la Fuente ha estimado que la reforma puede terminar elevando los presupuestos ya que es uno de los conceptos donde más recursos dedican las comunidades. “
Si hay más dinero se notará seguro, pero no está preordenado qué parte irá a cada cosa”, ha detallado.
En todo caso, el experto en economía regional ha advertido que cualquier incremento presupuestario debería ir ligado a
una mayor carga impositiva para no hacer creer a la población que la financiación es “gratis”. “Que haya más dinero, estamos dando por sentado que es bueno, pero
si hace falta más dinero sería importante que se financiara con subidas de impuestos autonómicos para que la gente sea consciente de donde viene el dinero”, ha apostillado.
"Si todas las comunidades quieren más dinero es difícil llegar a un acuerdo"
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En ese sentido, el especialista ha recuperado una de las propuestas que en su día ya valoró la comisión de expertos que analizó la reforma del sistema de financiación y que pasa por dar competencia a las autonomías para que regulen
un tamo particular del Impuesto de Valor Añadido (IVA). Su recaudación no iría dirigida a la hucha particular de cada territorio, sino al
Fondo de Garantías para un reparto fijado por población ajustada.
Lo que de la Fuente sí que ha descartado es el despliegue de algún
impuesto nuevo cuya única finalidad sea el de financiar la sanidad, emulando a los nuevos tipos que el Gobierno de Pedro Sánchez ha aplicado para el sector energético o la banca durante la crisis económica de la Guerra de Ucrania. “
No es muy buena idea tener impuestos finalistas, aunque podría haber alguna excepción parar visibilizar a dónde va el dinero, más que por asegurarte de que hay más recaudación porque al final tampoco es verdad” ha apuntado.
Las 3 mejoras de la financiación autonómica
Con todas estas posibilidades sobre la mesa, desde Fedea han planteado tres grandes líneas de actuación que consideran que el Gobierno y las comunidades autónomas deberían tener en cuenta de cara a reformar el sistema. La principal es buscar
un reparto “más equitativo de los recursos” y reducir las “desigualdades” entre las regiones. Una de sus propuestas pasa, por ejemplo, por no alterar las “posiciones relativas” de cada región, con el fin de evitar que territorios como
Cataluña se sientan continuamente perjudicados.
Por otro lado, desde la institución económica han insistido en
las medidas de responsabilidad fiscal de las comunidades autónomas, que deben hacer frente también con sus propios impuestos a los gastos, en lugar de reducirlos y esperar fondos estatales. “
Intentan pasarle la pelota al Gobierno Central y conseguir que te dé más dinero así por las buenas”, ha lamentado el doctor en Economía.
En última instancia, la receta del éxito de Fedea exige dotar de más
“transparencia” a un sistema que tiene una gran complejidad incluso para los propios expertos en economía y finanzas, lo que dificulta un debate público como en el que está inmerso actualmente la clase política. “
Habría que intentar simplificar su funcionamiento y que sea más fácil entender el sistema”, ha concluido el experto.
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