Tomas Zapata, director de la Unidad de Personal y Prestación de Servicios de Salud de la Oficina Regional de la OMS para Europa.
El
Sistema Nacional de Salud (SNS) está abocado a un cambio de paradigma para mantener su fortaleza en el futuro, según el diagnóstico que parte de la
Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, la gran mayoría de los sistemas sanitarios del continente, así como del globo terráqueo, necesitan
adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de sus respectivas sociedades para remar hacia una
accesibilidad universal, eficiencia del propio sistema y bienestar de sus profesionales. Para ello,
Tomas Zapata, director de la Unidad de Personal y Prestación de Servicios de Salud de la Oficina Regional de la OMS para Europa, ha incidido a las autoridades sanitarias españolas a que se sienten para abordar la sanidad del futuro. Y, en ese sentido, ha resaltado en una entrevista con
Redacción Médica la importancia de que las
enfermeras del Sistema Nacional de Salud (SNS) cuenten con más competencias.
“Las enfermeras podrían desempeñar un
papel más amplio en muchos casos para
optimizar el tiempo y para que cada profesional trabaje al máximo de sus competencias”, ha resaltado un Zapata que cuenta con más de 13 años de experiencia en asesoramiento de políticas, investigación e implementación de programas sobre personal sanitario y prestación de servicios en más de una veintena de países de Europa, Asia y África. Especialista en
Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC), tiene con conocimientos académicos en Política, Planificación y Financiación de la Salud, así como en Recursos Humanos para la Salud de diferentes instituciones académicas de Londres y Harvard.
A ojos de este asesor de la OMS, perfiles profesionales como Enfermería y Psicología deben jugar un papel más activo en el primer nivel asistencial para garantizar una mejor
Atención Primaria. Pero, más allá de dotar de 'poderes' a las enfermeras, Zapata también ha incidido en la importancia de proyectar bien el número de profesionales sanitarios que el SNS necesitará para
adecuar su oferta formativa, urgiendo a una planificación consensuada de
recursos humanos entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. Otra de las cuestiones que ha abordado el especialista ha sido la de la mejora de las
condiciones laborales de los sanitarios, así como la implementación de los
incentivos para fortalecer las zonas de difícil cobertura o en la necesidad de abordar los cupos de pacientes mediante
equipos multidisciplinares.
Desde una perspectiva internacional, ¿cómo diría que está el Sistema Nacional de Salud?, ¿cuál es la salud del sistema sanitario español?
Cuando comparamos internacionalmente a España, vemos que el sistema de salud español es fuerte. En especial la Atención Primaria. Lo que hemos visto es que en las últimas dos décadas el primer nivel asistencial español ha sido capaz de producir buenos resultados en salud. Por ejemplo, evitando hospitalizaciones, España siempre ha sido de los primeros países dentro de los rankings europeos. En general, el sistema se ha desempeñado bien con un coste razonable en cuanto al gasto sanitario. Pero ahora estamos en una situación de cambio de paradigma en el que las necesidades de los pacientes están cambiando, pues tenemos una sociedad más envejecida, con mayores comorbilidades y con un aumento de expectativas en el sistema para recibir una atención rápida. Y eso hace que el propio sistema deba adaptarse.
Es decir, que a nivel internacional España ha desempeñado bien su sistema de salud, pero ahora se encuentra en un momento crítico en el que habrá que adaptarlo para que sea capaz de hacer frente a los retos del futuro si queremos que sigamos desempeñando una sanidad igual o mejor.
"Tenemos más médicos y enfermeras que nunca, pero eso no significa que no haya déficit de profesionales sanitarios"
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El SNS tiene déficit de profesionales sanitarios. ¿Cómo podría darle la vuelta España a la situación?
En primer lugar, me gustaría resaltar que la escasez de los recursos humanos es un problema a nivel de todos los países europeos. Por lo tanto, hay que relativizar la del escenario español. Nosotros (OMS) hicimos un estudio hace un año y analizamos todos los datos de personal sanitario de los 53 países de la región europea, y vimos que muchos países están teniendo problemas de déficit de personal sanitario. Sin embargo, en Europa, en los últimos 10 años, vemos que ha habido un incremento del 13 por ciento de médicos. La subida ha sido del 22 por ciento en España. Por lo tanto, España ha crecido más que la media europea. En Enfermería tenemos una tendencia similar, ya que en Europa ha habido un aumento de la plantilla enfermera del 8 por ciento desde 2010 hasta 2020 y en España ha sido del 18 por ciento. Volvemos a crecer por encima de la media europea. Por lo tanto, tenemos más médicos y enfermeras que nunca tanto en Europa como en España. Pero eso no significa que no haya déficit. Y es que está habiendo una demanda de servicios que va más rápido que la disponibilidad de los propios profesionales sanitarios. Y eso es lo que crea el déficit.
Para el 2030 y 2050 se incrementará mucho el envejecimiento de la población, y eso hace que vaya a haber más déficit, y más en España. Hay un informe del Ministerio de Sanidad que hace proyecciones a futuro sobre la necesidad de médicos y lo que se observa es que para el año 2027 habrá un déficit de 9.000 médicos en el Sistema Nacional de Salud. La mayor parte de ese déficit será de médicos de Familia. A partir de ahí, esa falta de profesionales se irá cerrando, pero el 2027 se vivirá una situación crítica, sobre todo, por el envejecimiento de la plantilla de médicos de Familia. Concretamente, el 60 por ciento de ellos tiene más de 60 años. Habrá un tsunami de jubilaciones, porque estaremos con déficit hasta 2027. Ahora, el Ministerio está trabajando en otro informe que resalta que probablemente esa falta de especialistas se irá cerrando, aunque hasta 2027 tengamos una situación comprometida. España hace muy bien en tener ese informe de proyecciones de futuro, porque permite anticipar y planificar por adelanto.
Tal y como acaba de resaltar, las jubilaciones de la generación del baby boom pueden tensionar todavía más al SNS. Es algo que varias voces del sector de la sanidad española también han manifestado. ¿Cómo puede prepararse el sistema para ese escenario y, sobre todo, cómo puede revertirlo?
Una primera medida fundamental, ahora mismo, es conseguir retener y fidelizar al personal sanitario del sistema. Tenemos que evitar que más profesionales se vayan del SNS. Es algo que está pasando a nivel europeo, porque hay un ‘burnout’ importante por parte de los sanitarios. La carga de trabajo ha aumentado y eso hace que muchos opten por salir del sistema de salud. En el caso concreto de España es importante saber cómo conseguir retener ese talento. En ese sentido, hay que mejorar las condiciones de trabajo y por ahí pasa mejorar la carga laboral, que en muchos casos es excesiva en cuanto a las horas trabajadas semanalmente, y adherirse a la directiva europea de horas trabajadas. Hay que mirar también la flexibilidad en la forma de trabajar. Lo que estamos viendo es que las nuevas generaciones valoran mucho más la flexibilidad entre el trabajo y la vida familiar o personal. Hay que dar esos márgenes y trabajar en ellos para atraer a los nuevos profesionales y hacer atractiva la profesión sanitaria. Cada vez hay menos estudiantes porque la pirámide poblacional se va estrechando. Además, las nuevas generaciones tienen más opciones laborales en las que no se trabaje tantas horas y en las que la remuneración es mayor. Entonces, tenemos que conseguir hacer más atractivas las condiciones de trabajo de los profesionales sanitarios. En ese sentido, otro punto importante es el hecho de cuidar la salud mental de los trabajadores. Este sería el primer pilar, el de las condiciones.
Una encuesta de la Organización Médica Colegial (OMC) de 2019 sobre la precariedad laboral decía que el 35 por ciento de los médicos tenía contratos temporales con una media de cuatro al año. Esto está mejorando. Ha habido planes por parte del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas de reducir la temporalidad al ocho por ciento. Pero tenemos que mejorar para fidelizar a los trabajadores y conseguir así que los sanitarios que están en el sistema se queden.
"Cuando a nivel político hablan de déficit de personal sanitario, se centran en el corto plazo, en aumentar la producción. Cuidado con esto, que puede generar un problema"
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En segundo lugar, lo que hay que hacer es mirar a la producción y formación de personal. Es decir, que, en cuanto a la proyección del futuro, cuántos sanitarios debemos formar para no tener ni demasiados ni muy pocos. Ni sobre oferta ni escasez. Por eso son importantes las proyecciones que se hacen y que Ministerio y comunidades estén en la misma mesa para poder tomar decisiones de forma conjunta.
Un tercer pilar fundamental es el desempeño. Cómo reducir la burocracia del personal sanitario de tal manera que pueda centrarse en atender. Hay procesos que podrían estandarizarse, liberando carga de trabajo para que el personal pueda centrarse en añadir valor clínico. Un elemento importante es traer el uso de las nuevas tecnologías. Si están diseñadas teniendo en cuenta las necesidades de los profesionales sanitarios, en colaboración con ellos, pueden hacer que se gane en eficiencia y en flexibilidad en servicios y libere carga de trabajo. Esto es fundamental.
En resumen, tenemos que fidelizar y retener al personal que tenemos, mejorando sus condiciones. También que la formación sea en número adecuada, con las competencias adecuadas de cara a los sistemas de futuro. Y tercero, mejorar el desempeño mejorando la eficiencia y reduciendo la burocracia para maximizar el tiempo del personal sanitario.
Cuando todos, a nivel político, hablan de déficit de personal sanitario, se centran en el corto plazo, en aumentar la producción. Cuidado con esto. Hay que pensar bien a cuántos se va a formar, porque en 10 años, que es el tiempo en el que se forma al personal sanitario en muchos de los casos, puede ser que contribuyan a que se genere un problema. Por eso hay que centrar en una buena planificación de recursos humanos. En cuanto a la optimización del desempeño, también es importante mirar a qué tipo de trabajadores usamos a nivel del sistema. Las enfermeras, por ejemplo, podrían desempeñar un papel más amplio en muchos casos para optimizar el tiempo y para que cada profesional trabaje al máximo de sus competencias. Trabajo en equipo. El rol de las enfermeras o psicólogos en Atención Primaria puede ser importante. En el último informe que lanzamos en España, abogamos por que la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria fuera obligatoria, porque puede añadir valor al primer nivel asistencial español.
Algunos países de nuestro entorno como los escandinavos, Alemania o Francia ofrecen mejores sueldos a los sanitarios. También es cierto que pagan más impuestos y que la vida es más cara que en España. Pero, ¿cree que España debe subir el salario de sus profesionales?
En primer lugar, es un comentario acertado. Los salarios son relativos. Si nos comparamos con el salario de Dinamarca, tenemos que tener claro que el ciudadano, de media, percibe unos 60.000 euros anuales. En España el sueldo es de unos 30.000 euros al año, de media. Pero me gustaría resaltar que, aunque el sueldo es importante, no lo es todo. Hay otras medidas para mejorar las condiciones de trabajo que son importantes y marcan el compromiso y motivación de los profesionales del sistema. Hay una pérdida de confianza de los sanitarios sobre el sistema sanitario. Tenemos que tomar medidas para que los trabajadores puedan sentirse motivados, satisfechos y con la sensación de que han llenado su vocación para desempeñar un trabajo adecuado y pueden, así, proveer de servicios adecuados.
"Con la alta inflación que tenemos y el contexto geopolítico inestable, habrá que considerar si hay que subir los sueldos, y cómo"
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Pero por supuesto que el salario es importante. En España y otros países del entorno hemos visto que durante la crisis financiera de 2008 hubo una pérdida de poder adquisitivo importante. En España fue de en torno el 20 por ciento. Y no se acaba de recuperar ese poder adquisitivo. Ahora, con la alta inflación que tenemos y el contexto geopolítico inestable, habrá que considerar si hace falta subir los sueldos o no. Hace falta ser estratégico en cómo subirlos. Hay zonas rurales con déficit importante de personal sanitario, por lo que en muchos casos lo que hay que hacer es poner paquetes de medidas con incentivos económicos, pero también no económicos, que hagan más atractivo a esos profesionales el hecho de trabajar en esas zonas de difícil cobertura. Ahí, por ejemplo, sí podrían traer incentivos económicos como parte de un paquete más extenso. El salario es importante, pero no lo es todo.
La sobrecarga en la AP se ha denunciado en multitud de ocasiones: que si demasiada burocracia, cupos de pacientes enormes, menos competencias de las que deberían tener o falta de tiempo para investigar. ¿Cuál es la solución para mejorar en estos frentes?
En España el sistema está descentralizado en las comunidades autónomas. Hace falta que todos se sienten en la misma mesa y lleguen a un acuerdo para mejorar la situación de los sanitarios. Porque todas las comunidades están teniendo problemas de déficit, especialmente en Atención Primaria. Hay entender que aquí o ganamos todos o no gana nadie. Hace falta un consenso a nivel de todas las autonomías con el Ministerio para entender que todos debemos remar en la misma dirección para conseguir mejores resultados y mejorar las condiciones de los sanitarios. Un elemento, por ejemplo, podría ser el desarrollo de una estrategia nacional de recursos humanos en salud con la implicación de todas las regiones, Gobierno, y también de los distintos actores como asociaciones profesionales, colegios profesionales o asociaciones de pacientes. Es decir, que todos los actores que tienen algo que decir sobre los recursos humanos sean consultados y parte del proceso para buscar soluciones. Para la composición de equipos tiene que haber un diálogo con distintos profesionales para definir las competencias de Enfermería, Psicólogos o médicos de Familia. Por lo que hay que sentarse en la mesa para definir el modelo.
Pero iría incluso más allá. Por ejemplo, en Primaria los administrativos pueden jugar un rol fundamental en la canalización de la demanda. Y es que está habiendo una demanda incrementada y no todo tiene que pasar por el médico del centro de salud. Los administrativos pueden jugar un papel fundamental si se les forma bien y si se les da competencias adecuadas para que puedan decidir si el paciente va a Enfermería, o si el propio administrador puede resolver el trámite o si tiene que derivarlo al médico. Creo que puede haber nuevas formas de organizar las cosas que involucren a otro tipo de perfiles que puedan ayudar a resolver la alta demanda de cupos. Pero cuidado con los cupos. Tienen que tener un tamaño razonable, sin reducirlos demasiado, porque habría una pérdida de competencias por parte de los profesionales. No obstante, sería razonable que los cupos fueran manejados por equipos multidisciplinares, manteniendo la accesibilidad y respondiendo a las demandas de los pacientes.
Usted trabaja para la OMS. Ha analizado y entendido muchos sistemas sanitarios. ¿Cuál diría que es el punto fuerte de la sanidad española y cuál el punto débil?
En resultados en salud, comparando con otros países europeos, vemos que el Sistema Nacional de Salud obtiene muy buenos resultados de muchos indicadores sanitarios con el desempeño de salud: hospitalizaciones evitadas o respuesta a las necesidades de pacientes, por citar algunas. España se ha desempeñado en esa dirección muy bien durante las últimas dos décadas. Pero ahora estamos en un momento crítico, porque las necesidades van cambiando y tenemos que adaptar el sistema para responder a las necesidades del futuro. Tenemos que tener una visión positiva de lo que se ha hecho, pero estar abiertos al cambio, a la transformación de cara al futuro para mejorarlo y responder a esas necesidades de la sociedad. No debemos caer en la complacencia, sino tener actitud de transformación.
"La Atención Primaria sigue siendo más relevante que nunca, pero hay que hacer cambios"
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En cuatro años se celebrará el 50 aniversario de la conferencia de Alta-Ama. Lo abordado en ese cónclave ha sido importante para llegar a este punto, pero, viendo cómo está la sanidad a nivel español, europeo y global, ¿cree que habría que volver a hacer un encuentro como ese?, ¿Un Alta-Ama 2.0?
El año pasado celebramos el 45 aniversario de la Conferencia de Alta-Ama, en Astaná. Y reivindicamos que, desde el punto de vista de la OMS, la Atención Primaria sigue siendo uno de los pilares fundamentales de los sistemas de salud para responder a las necesidades de los pacientes. El primer nivel asistencial es cercano a los pacientes, proporciona una accesibilidad importante, provee una calidad alta de servicios cuando está bien financiado con los profesionales que le corresponden, y además lo hace de forma muy equitativa y eficiente. Luego la Atención Primaria es una muy buena forma de estructurar el sistema sanitario, poniéndola en el centro del sistema, siendo su núcleo. Hoy en día sigue siendo más relevante que nunca, pero hay que hacer cambios, por ejemplo, en el tipo de personal sanitario que hace falta, o en la idea de cómo podemos trabajar mejor en equipo y cómo empoderar a los pacientes. Para eso tenemos que estar abiertos a cambios.
¿Está trabajando la OMS en una nueva conferencia que ponga de relieve esas necesidades?, ¿quizás, en la celebración del 50 aniversario de Alta-Ama?
Probablemente sí. Se organizaron el 40 y 45 aniversario. Y probablemente también se hará el del 50 aniversario. El último lo celebramos en Kazajistán, un país muy comprometido y que ha llevado a cabo una reforma en Atención Primaria muy importante. La OMS, de hecho, tiene una oficina sobre Primaria en Alma-Ata. Están trabajando mucho en fortalecer su sistema sanitario. Es cierto que tienen una situación muy diferente a la Unión Europea, peo creo que lo importante es que su primer nivel asistencial siga siendo accesible a los pacientes.
Pero, en general, estamos viendo un incremento de las listas de espera. Y ese es un problema que mata a la accesibilidad. Realmente tenemos que mejorar esas listas de espera para poder acceder al centro de salud. Tenemos que trabajar para mejorar la calidad de los servicios que se están ofreciendo. Ahora las enfermedades crónicas y no transmisibles tienen mayor carga. La Atención Primaria es proactiva identificando a las personas con mayor riesgo y en cómo se coordina con trabajadores y servicios sociosanitarios. Eso es fundamental para responder mejor a las necesidades de los pacientes. Cada ve hay más personas dependientes y mayores, y esa integración de profesionales sanitarios y sociosanitarios es más necesaria.
Me gustaría recalcar que necesitamos poner en valor la Medicina de Familia para que sea atractiva para las nuevas generaciones. Es fundamental tener buenos médicos de Familia formados. Para ello, es importante que haya medios en las facultades de Medicina para hacer cátedras, que haya un Departamento de Medicina de Familia para que puedan hacer rotaciones en los centros de salud mientras estén estudiando la carrera. Porque cuando te expones a algo es cuando puedes estar después interesado en ello. Si no estás expuesto desde el ámbito universitario teniendo, por ejemplo, una asignatura o rotación, como pasa en muchos países de la Unión Europea, es más difícil que los estudiantes luego elijan la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Y esto es importante para poner en valor la especialidad y hacerla más atractiva, como también lo es mirar a los incentivos, sobre todo, en aquellos puestos de difícil cobertura. Necesitamos, y el Ministerio y las comunidades autónomas están trabajando en ello, asegurar que haya personal sanitario que desempeñe su labor en esas zonas para que haya equidad en esos servicios y no dejar a nadie fuera.
En resumen, España, como otros países de la UE, tiene un reto importante en cuanto al déficit de personal sanitario, cuando se da la paradoja de que tenemos más sanitarios que nunca. Y es por el incremento de la demanda de servicios. El sistema sanitario hasta ahora se ha desempeñado bien, pero tenemos que tener una actitud de cambio. Que haya consensos sobre la manera de retener el talento y optimizar el desempeño del personal sanitario es fundamental para avanzar y ser proactivos. En la política de recursos humanos hemos sido siempre reactivos, reaccionando a los problemas cuando los tenemos delante. Ahora necesitamos ser más proactivos, y necesitamos planificar mejor, de tal manera que podamos anticiparnos a los retos del futuro. Entre todos tenemos que conseguir que esto sea un win-win para todos. Entre todos tenemos que conseguir unos mínimos que traigan consensos para lograr mejorar la situación del personal sanitario, que son vitales para tener un sistema de salud fuerte.
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