Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El impulso de las iniciativas para endurecer la regulación del consumo de tabaco en España avanza por el camino adecuado. Al menos según la Organización Mundial de la Salud (
OMS). En un informe publicado este domingo sobre los
cigarrillos electrónicos, el organismo incluye una serie de recomendaciones para los países que busquen paliar sus efectos nocivos y adictivos, entre las que se hallan medidas que el
Ministerio de Sanidad de
Mónica García ya prevé en su recién aprobado
Plan Antitabaco.
En su estudio, un breve análisis, la OMS destaca que
los cigarrillos electrónicos emiten “sustancias tóxicas, incluyendo carcinógenos”, más allá de que tengan nicotina o no, y “están asociados con diversos riesgos para la salud como
trastornos pulmonares, envenenamiento, lesiones, quemaduras y efectos cardiovasculares negativos”.
También se resalta que, en los últimos años, ha habido un aumento significativo de la
facturación mundial de cigarrillos electrónicos: de 7.806 millones de dólares estadounidenses en 2015 a 22.349 millones en 2022. En este sentido, el hecho de que ofrezcan una gran variedad de sabores los hace atractivos para los menores de edad, algo que se potencia por el hecho de que su comercialización “suele depender en gran medida de las redes sociales y los influencers”.
Es algo de lo que ya advirtió
Mónica García a finales de 2023, cuando anunció su intención de reforzar el marco regulatorio contra los cigarrillos electrónicos, cuyo consumo, tal y como indicó, se ha popularizado entre adolescentes de entre 12 y 13 años. Según publicó en X,
el 25 por ciento de estos jóvenes ha experimentado con vapeadores y el 8,5 por ciento ha probado el
tabaco convencional.
Es más, la OMS explica que algunos tipos de cigarrillos electrónicos, como los desechables, son “particularmente populares entre los jóvenes” y “han aumentado de tamaño, contienen mucha más
nicotina y son cada vez más asequibles y accesibles”.
Menos aditivos y marketing contra el consumo de cigarrillos electrónicos
Entre las medidas propuestas por el organismo para los países en los que se permite la comercialización de cigarrillos electrónicos se encuentran “reducir el atractivo y el daño para la población” -por ejemplo, normativizando el uso de agentes saborizantes y su comercialización con marketing de impacto-, “proteger al público de afirmaciones engañosas o falsas” como “su seguridad o eficacia para dejar de fumar cigarrillos” y “aplicar
medidas de control del tabaco” en estos dispositivos.
Son, precisamente, iniciativas ya recogidas en el
Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 ya aprobado por el
Consejo de Ministros, previo aval del
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). Entre otras cosas, el proyecto plantea equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco con y sin nicotina a la normativa del tabaco tradicional, aumentar los
espacios libres de humo y regular la prohibición de los dispositivos de un solo uso relacionados con el tabaco.
En el mismo marco, Sanidad ya expuso a consulta pública la “revisión integral” del Real Decreto 579/2017, que regula aspectos sobre la fabricación, presentación y comercialización del tabaco, para obligar a que
los productos tabáquicos se vendan con un empaquetado genérico y
prohibir el uso de aditivos y componentes aromáticos que potencien su atractivo para los consumidores, entre otros aspectos.
La OMS señala en su análisis que 24 de los 37 países y áreas sanitarias de la
Región del Pacífico Occidental ya han adoptado medidas que regulan total o parcialmente el consumo y la comercialización de los cigarrillos electrónicos. El 41 por ciento de estos estados cuentan con algún tipo de regulación, el 37 por ciento no tiene ninguna norma al respecto y el 22 por ciento ya ha prohibido las ventas de cigarrillos electrónicos.
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