Con la progresiva
apertura de la hostelería y el ocio nocturno, comienzan a sugir las primeras dudas sobre el nivel de protección de las actuales medidas antiCovid. Además del lavado de manos y el uso de la mascarilla, las autoridades recomiendan mantener una
distancia de seguridad de al menos 1,5 metros para evitar posibles contagios del virus.
Sin embargo, un nuevo estudio del Departamento de Ingeniería Arquitectónica de Penn State sugiere que dicha medida podría
no ser suficiente para prevenir la transmisión por aerosoles cuando se trata de
espacios cubiertos. La investigación, publicada en la edición impresa de octubre de
Sustainable Cities and Society asegura que puede haber riesgos una vez se reduce el límite de los 2 metros.
Para llegar a estas conclusiones, Gen Pei, estudiante de doctorado del departamento y su equipo comenzaron a explorar el transporte aéreo de partículas cargadas de virus liberadas por personas infectadas en espacios cerrados. Para ello se tuvo en cuenta la calidad de ventilación del espacio, el patrón que seguía el flujo de aire interior asociado con diferentes estrategias de ventilación y el modo de emisión de las partículas tanto al respirar como al hablar.
Los resultados revelaron que las partículas que una persona infectada emitía al hablar, sin una mascarilla que actuara como barrera, podían viajar rápidamente hacia las vías respiratorias de su interlocutor en solo un minuto, incluso guardando una distancia de dos metros. Esta casuística se produjo, eso sí, en habitaciones sin suficiente ventilación.
"Los hallazgos sugieren que la distancia física por sí sola no es suficiente para prevenir la exposición a los aerosoles exhalados y debe implementarse con otras estrategias de control como mascarilla y ventilación adecuada", resume Donghyun Rim, autor y profesor asociado, partidario de establecer el denominado control por capas.
Riesgos de la ventilación por desplazamiento
Los investigadores constaraon la mayor rapidez y longitud a la viajan los aerosoles en habitaciones con ventilación por desplazamiento (inyección de aire acondicionado), donde el aire fresco fluye continuamente y empuja el "aire viejo" a un conducto de situado en el techo.
Este sistema de ventilación, instalado en la mayoría de las casas residenciales, puede conllevar una concentración de aerosoles virales hasta "siete veces mayor" que el resto de sistemas mixtos, que incluyen aire del exterior.
Por tanto, "la probabilidad de infección por aerosoles podría ser mucho mayor en entornos domiciliarios que en oficinas", apuntaba Rim, aunquee el funcionamiento de ventiladores mecánicos y filtros de aire independientes "puede ayudar a reducir el riesgo de contagio".
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