La amnistía no fractura la unión laboral de la sanidad madrileña y catalana

Las elecciones generales del pasado 23 de julio condujeron, cuatro meses después, a dos sesiones de investidura tras las cuales Pedro Sánchez es de nuevo presidente del Gobierno de España. Durante los últimos meses, el proyecto de coalición con Sumar ha dejado entrever las medidas más destacadas de su programa, y el ámbito de la Sanidad no ha sido ajeno a ellas. 

Sergio Trinidad, enfermero en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, está conforme con el nuevo Ejecutivo siempre y cuando la izquierda sume mayoría. Trinidad tiene esperanzas en medidas concretas que han propuesto ambos partidos, como los planes de Salud Mental y Bucodental para la Sanidad Pública, la Ley de reducción de listas de espera o el refuerzo a la Atención Primaria, entre otras. Entre sus ruegos al ya presidente destaca el cuidado a su profesión y mejorar los ratios enfermera-paciente.

Por su parte, Pol Learte, auxiliar administrativo de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona, no cree que "haya muchos cambios al ser un pacto con muchos partidos", aunque deja la puerta abierta a un Pacto Nacional de Salud. Learte prioriza reformas en Atención Primaria, una competencia en la que se puede incidir más desde el ámbito autonómico que estatal.

Incertidumbre ante el nuevo Gobierno

Desde el laboratorio, Irene Real comparte esta conformidad con el resultado, aunque confiesa que se alegra "en parte", ya que califica el resultado como "la alternativa menos mala a la oposición". Para esta investigadora, las menciones a la sanidad en el discurso de Pedro Sánchez durante la investidura fueron ilusionantes, y cree por tanto que tanto el SNS saldrá reforzado dentro de cuatro años. Su deseo más claro es la inversión en proyectos nacionales y europeos y eliminar o aminorar la precariedad en este sector.

La valoración del acuerdo de investidura genera dudas en médicos y residentes como Júlia Ollé, MIR de 3r año de Nefrología en el Hospital Clínic, que apunta que el pacto "ha sido la única solución que se veía para un gobierno factible, aunque me parece extraña la coalición". En esa misma línea, José Antonio Úbeda, Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, también muestra su incertidumbre por el acuerdo para gobernar, pero espera que en el ámbito de Sanidad "se cumplan con los objetivos de mejoras a nivel de las listas de espera y reconocimiento de los profesionales". Ricard Coll, celador de Urgencias del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, hace hincapié en que si el Gobierno "tiene ganas y pone recursos, se pueden reducir las listas de espera".

Reivindicaciones de los sanitarios

Pero también hay quienes se muestran algo escépticos con las promesas sanitarias lanzadas durante los últimos meses. David Bravo es técnico de Emergencias Sanitarias y, pese a desear una "mejora en la calidad de vida de los hospitales y pacientes", no tiene claro que pueda llevarse a cabo. Sus predicciones de cara al final de la legislatura apenas auguran cambios: "Vamos a seguir igual, con los mismos medios", asegura. Su compañero de profesión es más optimista, y cree que los cambios que necesitan en materia de personal y materiales se verán cumplidos en los próximos años.

En la misma línea van las demandas de los auxiliares de Enfermería, que también echan en falta más manos que ayuden en su día a día. Para ellos, las consecuencias más directas están en su propia salud, ya que la falta de compañeros es una carga mental pero también física, que desemboca en patologías como el dolor de espalda.

Por último, Ollé espera que Sumar lleve a cabo su compromiso de eliminar las guardias de 24 horas del colectivo facultativo. No obstante, reconoce que ella considera esta medida inviable "porque no hay recursos ni para poder contratar médicos en jornada laboral ordinaria y la falta de personal". La R3 de Nefrología ve más viable que se ofrecieran "contratos dignos para dar un futuro más seguro y menos inestable".